Worldcoin supera 10 millones de usuarios pese a restricciones

La inteligencia artificial avanza a un ritmo rápido, lo que hace cada vez más difícil distinguir entre humanos y máquinas. Ante esta evolución, Worldcoin, ahora rebautizado como World, busca establecer una prueba de humanidad universal a través de un sistema de identificación biométrica basado en el reconocimiento del iris. La empresa acaba de anunciar que ha superado la marca de 10 millones de usuarios verificados, un hito que refleja su adopción masiva y que despierta una controversia creciente. De hecho, el proyecto se basa en una red de orbes encargados de escanear los datos oculares de los usuarios para asignarles una identidad digital infalsificable. Según sus creadores, esta tecnología permitiría asegurar las interacciones digitales y garantizar que solo verdaderos humanos accedan a los servicios en línea. Sin embargo, varios gobiernos y autoridades de protección de datos están preocupados por las posibles desviaciones de este modelo. Entre la promesa tecnológica y las resistencias reguladoras, Worldcoin se inserta en un debate sobre la identidad digital y la gobernanza de los datos personales. Su éxito o fracaso podría dar forma al futuro de la autenticación en línea en un mundo donde la IA cuestiona los fundamentos de la confianza digital.

Worldcoin, un proyecto en plena expansión a pesar de las críticas

Worldcoin afirma haber alcanzado un nuevo hito en su expansión tras superar los 10 millones de usuarios verificados. En un comunicado publicado el 9 de enero de 2025, el equipo del proyecto presenta esta cifra como un avance decisivo hacia una identificación universal y segura. Según sus diseñadores, el rápido crecimiento de la inteligencia artificial amenaza la fiabilidad de las interacciones en línea, lo que hace indispensable la creación de un sistema capaz de probar que un usuario es efectivamente un humano. «A medida que los agentes de IA evolucionan, la prueba de humanidad probablemente se convertirá en la piedra angular que permitirá una IA ética y evolutiva», sostiene la empresa en su comunicado oficial.

Para alcanzar este objetivo, Worldcoin ha implementado una red de escáneres biométricos llamados orbes, capaces de analizar el iris de los usuarios para asignarles una World ID única e infalsificable. A diferencia de los sistemas de identificación tradicionales, esta tecnología busca ofrecer una prueba de humanidad descentralizada sin necesidad de documentos administrativos. Sus creadores aseguran que este método refuerza la protección de la privacidad, ya que la identidad de los individuos no se basa en ninguna base de datos centralizada. Sin embargo, este modelo suscita serias preocupaciones. Expertos en ciberseguridad y protección de datos señalan los riesgos de vigilancia masiva y las posibles desviaciones asociadas a la recopilación de datos biométricos a gran escala. A medida que el proyecto gana popularidad, su expansión mundial ya se enfrenta a importantes obstáculos regulatorios.

Un creciente rechazo de las autoridades reguladoras

Si bien Worldcoin destaca su éxito en términos de adopción, las oposiciones regulatorias se multiplican en todo el mundo. Desde agosto de 2023, Kenia fue el primer país en prohibir el proyecto, citando riesgos para la seguridad nacional y la privacidad de los datos. Esta decisión marcó el inicio de una ola de restricciones, alimentada por las preocupaciones crecientes en torno a la recopilación y almacenamiento de datos biométricos.

Unos meses más tarde, en marzo de 2024, España suspendió Worldcoin por una duración inicial de tres meses antes de que la empresa aceptara cesar completamente sus actividades en el territorio hasta fines de año. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) acusa al proyecto de haber recopila ilegalmente datos biométricos de menores y de haber obstaculizado el derecho de los usuarios a retirar su consentimiento. Esta prohibición rápidamente inspiró a otros países europeos. En marzo de 2024, Portugal impuso una suspensión de 90 días. El país señala preocupaciones similares relacionadas con la protección de los ciudadanos y la explotación de datos sensibles.

En mayo de 2024, Hong Kong aumentó la presión con la prohibición de Worldcoin en su territorio, basándose en preocupaciones relacionadas con la privacidad y el riesgo de vigilancia masiva. Unos meses después, en septiembre de 2024, Corea del Sur impuso una multa de 1.1 billones de wons (alrededor de 829,000 dólares) por violación de las leyes de protección de datos personales. Frente a estas sanciones, Worldcoin sostiene que su actividad respeta estrictamente las regulaciones locales. Sin embargo, varios reguladores siguen siendo escépticos y denuncian la falta de transparencia en la gestión y seguridad de la información recopilada.

El futuro de Worldcoin dependerá en gran medida de su capacidad para negociar con las autoridades y demostrar la conformidad de su modelo con los requisitos de los organismos de regulación. Sin un marco jurídico claro y aceptado a nivel mundial, su expansión podría verse frenada o incluso comprometida.

El auge de Worldcoin ilustra el creciente interés por soluciones de identificación digital, pero las repetidas prohibiciones revelan preocupaciones importantes sobre la privacidad de los datos. Para sus partidarios, garantizar una prueba de humanidad se vuelve indispensable en un momento en que la inteligencia artificial cuestiona la autenticidad de las interacciones en línea. Por el contrario, sus detractores denuncian las posibles desviaciones, incluida la vigilancia masiva y la centralización excesiva de las identidades digitales. Enfrentado a una regulación cada vez más estricta, Worldcoin deberá demostrar su conformidad con los estándares de protección de datos y crear un clima de confianza con las autoridades y el público. Su futuro dependerá de su capacidad para adaptarse a los requisitos legales y mantener su ambición de un sistema de identificación universal. El resultado de este debate va más allá de Worldcoin. Podría dar forma al futuro de la identidad digital e influir en el marco regulatorio del Web3 para los años venideros.