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Trump: ¿hacia una guerra con Putin?

Lun 11 Nov 2024 ▪ 9 min de lectura ▪ por Satosh
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La elección presidencial estadounidense de 2024 terminó con una aplastante victoria de Donald Trump, quien esta vez gana el voto popular y mejora su puntaje de 2020. ¡Los republicanos retoman el control del Senado y de la Cámara de Representantes!

Confrontation trump avec poutine

Trump: un presidente con plenos poderes

Donald Trump ahora tiene una capacidad de acción sin precedentes. Con 53 escaños republicanos en el Senado y una mayoría en la Cámara, cuenta con un sólido apoyo parlamentario. Su control sobre el Partido Republicano también se ha fortalecido desde su primer mandato.

Los grandes jefes de la tecnología estadounidense, que antes eran hostiles, parecen ahora más conciliadores. Mark Zuckerberg incluso expresó su admiración después de que Trump se recuperara de un intento de atentado.

Esta evolución en la relación de fuerzas a favor de Trump le proporciona una considerable libertad de acción.

Trump: ¿fin de la guerra en Ucrania en 48h?

El dossier ucraniano representa un desafío importante para el nuevo presidente. Contrariamente a la creencia popular, Trump no es un aliado de Putin.

Él fue quien, en 2018, proporcionó los misiles antitanque Javelin a Ucrania, una ayuda que Barack Obama siempre había rechazado.

La situación en el terreno evoluciona rápidamente. El ejército ruso avanza alrededor de 30 km² por día, especialmente alrededor de Kupiansk, que podría caer antes de fin de año. Rumores sugieren la llegada de 10,000 soldados norcoreanos adicionales en la región de Kursk.

¿Cuál es el plan de Trump en Ucrania?

El proyecto de resolución del conflicto prevé varias medidas importantes.

Los combates se congelarían de inmediato en las líneas actuales del frente. **Ucrania aceptaría una desmilitarización parcial de su territorio.** Fuerzas europeas realizarían patrullas a lo largo de la nueva línea del frente.

Estados Unidos se comprometería a apoyar el rearme de Ucrania para garantizar su seguridad futura. A cambio, Kiev renunciaría a cualquier adhesión a la OTAN durante un período de veinte años.

Este plan parece inaceptable para Putin. Colocaría fuerzas de la OTAN (a través de los ejércitos europeos) directamente en la frontera rusa, precisamente lo que el líder ruso ha estado tratando de evitar desde el inicio del conflicto.

Las cartas maestras de Putin

Vladimir Putin tiene varias ventajas estratégicas importantes. Su industria de defensa ahora opera a plena capacidad después de dos años de movilización. Sus fuerzas armadas han logrado avances significativos en el terreno ucraniano. También puede contar con una posible desestabilización política en Alemania, donde podrían celebrarse elecciones anticipadas en marzo de 2024.

El debilitamiento general de las capacidades militares europeas también juega a su favor.

El presidente ruso podría sentirse tentado a continuar su ofensiva en lugar de aceptar un compromiso, especialmente durante el período de transición antes de la investidura de Trump a finales de enero de 2024.

Los riesgos de escalada

La situación conlleva riesgos significativos de explosión. Trump ya ha demostrado su capacidad para llevar a cabo acciones militares audaces, como los bombardeos en Siria en 2017.

Un enfrentamiento directo entre Trump y Putin podría crear espacio para otros actores internacionales.

La China, en particular, podría beneficiarse de una concentración estadounidense en el frente europeo para avanzar sus piezas en su región (Taiwán).

Trump hará que Europa pague

El plan de paz estadounidense también tiene como objetivo hacer responsables a los europeos. Al confiarles la vigilancia de la frontera ruso-ucraniana, Trump los obliga a asumir un papel militar más importante, de acuerdo con sus repetidas demandas de aumento de los presupuestos de defensa.

Sin embargo, Europa está atravesando un período de inestabilidad. La coalición alemana, pilar de la Unión desde la reunificación, ha estallado. Una posible victoria de la derecha en unas elecciones anticipadas en Alemania podría rearrancar las cartas de la política europea.

Antes de la investidura de Trump

Los tres meses previos a la investidura de Trump se presentan como decisivos. La rapidez de los avances rusos, la evolución política en Alemania y la capacidad de Europa para movilizarse determinarán en gran medida las opciones disponibles para el nuevo presidente estadounidense.

Sin una transición hostil como en 2020, Donald Trump pronto tendrá todas las palancas del poder. Queda por ver cómo las utilizará frente a un Vladimir Putin que, según sus primeras reacciones, parece consciente de los desafíos que presenta este nuevo mandato de Trump.

La estabilidad mundial dependerá en gran medida de cómo estos dos líderes gestionen su inevitable confrontación. Si un choque frontal parece probable en la cuestión ucraniana, podría abrir la puerta a otros trastornos geopolíticos.

La reciente autorización dada a las compañías militares privadas estadounidenses para operar en Ucrania marca una nueva escalada potencial. Esta decisión, tomada por la administración Biden pero posiblemente coordinada con el equipo de transición de Trump, podría ser interpretada por Moscú como una provocación directa. Existe el riesgo real de que el conflicto se intensifique si Rusia considera esta presencia como una intervención estadounidense disfrazada.

¿Qué pasa con el conflicto entre Irán e Israel?

La atención prestada a Ucrania podría tener repercusiones inesperadas en otras zonas de tensión. Irán, que parecía listo para responder a los ataques israelíes durante el período electoral estadounidense, ha suspendido temporalmente sus planes ante la clara victoria de Trump. Sin embargo, esta moderación podría ser de corta duración.

El caso israelí merece una atención especial. La estrategia de Netanyahu, que busca empujar a Irán a cometer un error para involucrar a Estados Unidos en un conflicto más amplio, podría encontrar en Trump un aliado más receptivo. Contrario a la creencia popular, Trump no se opone a las acciones militares específicas. Ha demostrado su voluntad de usar la fuerza cuando lo considera necesario, preferiendo los bombardeos aéreos a los despliegues de tropas en tierra.

¿Hacia un soft power tecnológico?

La llegada de Trump marca un cambio radical en la actitud de las élites económicas estadounidenses. Los gigantes de Silicon Valley, tradicionalmente alineados con las posiciones demócratas, parecen estar dando un giro estratégico. Este cambio se explica en parte por su desilusión con el Partido Demócrata, especialmente después del controvertido reemplazo de Biden por Kamala Harris.

Grandes empresarios como Musk, Bezos, Zuckerberg y los líderes de Google están reevaluando su posicionamiento. Esta evolución no es trivial: sugiere una posible reconciliación entre Trump y una parte significativa del soft power estadounidense. Su apoyo, incluso tácito, refuerza considerablemente la posición del presidente y su capacidad para actuar en la escena internacional.

Este cambio de actitud también refleja una transformación más profunda dentro de la élite tecnológica estadounidense. En California, bastión tradicional de los demócratas, se observa un deslizamiento gradual hacia la derecha. Este movimiento, iniciado en los últimos años, se acelera ante los excesos percibidos del «wokismo» encarnado por algunas posiciones de Kamala Harris.

La convergencia entre Trump y las élites de la tecnología podría dar lugar a una nueva forma de proyección del poder estadounidense. Las tensiones que marcaron su primer mandato, especialmente con las redes sociales y las grandes plataformas, podrían dar paso a una colaboración más estrecha. Esta alianza informal fortalecería considerablemente la influencia global de Estados Unidos, combinando poder militar duro y soft power tecnológico.

¿La tercera guerra mundial?

El período que se abre representa un desafío sin precedentes para el orden internacional. La confrontación entre Trump y Putin sobre Ucrania podría desembocar en tres escenarios: una desescalada negociada, una intensificación controlada del conflicto, o una escalada peligrosa hacia una confrontación directa.

Sin una transición hostil como en 2020, Donald Trump pronto tendrá todas las palancas del poder. Queda por ver cómo las utilizará frente a un Vladimir Putin. Si un choque frontal parece probable en la cuestión ucraniana, podría abrir la puerta a otros trastornos geopolíticos importantes : Irán, China

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Satosh

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