Trump defiende el dólar frente a las ambiciones de los BRICS

En una nueva escalada verbal, Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, ha sacudido los mercados globales. De hecho, este último ha amenazado con imponer aranceles del 100 % a las naciones de la alianza BRICS. Esta declaración se inserta en un contexto económico tenso, donde el dólar, pilar del comercio internacional, está siendo cada vez más cuestionado por potencias emergentes. Un desafío a tal statu quo monetario podría remodelar el equilibrio geopolítico mundial, pero también causar turbulencias económicas de gran magnitud.

Trump defiende el predominio del dólar

Trump ha utilizado su red Truth Social para formular una nueva amenaza. Él declara: « exigimos que estos países se comprometan a no crear una nueva moneda de los BRICS ni a apoyar otra moneda para reemplazar el poderoso dólar estadounidense ». Según él, cualquier intento en este sentido conllevaría sanciones inmediatas, incluyendo aranceles masivos y una exclusión del mercado estadounidense. Esta posición se inserta en una estrategia económica ya bien conocida de «America First», que busca proteger la hegemonía de los Estados Unidos en la escena comercial mundial.

Las implicaciones inmediatas de esta declaración son claras. Si se implementan, estos impuestos comerciales podrían aumentar significativamente los costos de importación en los Estados Unidos, y provocar un aumento de la inflación y tensiones en las cadenas de suministro globales. Sin embargo, los observadores destacan que el impacto podría también revertirse contra los Estados Unidos, lo que complicaría las relaciones diplomáticas y comerciales con varios de sus socios estratégicos.

El proyecto de los BRICS y sus desafíos

Los BRICS han estado buscando durante años reducir su dependencia del dólar, percibido como una herramienta de dominación política y económica de los Estados Unidos. Así, en la reciente cumbre de Kazán, Vladimir Putin reiteró esta ambición, aunque modera las esperanzas de una moneda común. Declaró entonces que « tal iniciativa aún no está madura ». El proyecto sigue siendo, por ahora, una reflexión estratégica más que una realidad operativa.

A pesar de sus ambiciones, los BRICS enfrentan numerosos desafíos internos. La heterogeneidad económica y los desacuerdos políticos entre los miembros complican la coordinación necesaria para tal proyecto. Sin embargo, esta búsqueda ilustra una voluntad creciente de promover un mundo multipolar, donde las reglas ya no serían dictadas únicamente por las grandes potencias occidentales. Si los Estados Unidos eligen aislar económicamente a estos países, podrían acelerar este proceso, con efectos imprevisibles para la economía mundial.

La amenaza de Donald Trump constituye un cambio importante en la relación entre los Estados Unidos y los BRICS. Mientras las ambiciones de estos últimos siguen siendo por el momento embrionarias, una escalada comercial podría desestabilizar la economía mundial y remodelar el equilibrio de poderes económicos. La pregunta sigue siendo: ¿este pulso beneficiará a largo plazo a los Estados Unidos o acelerará una transición hacia un nuevo orden económico mundial ?