El oro ha alcanzado nuevos récords históricos, impulsado por datos económicos preocupantes en Estados Unidos. A medida que las cifras del empleo resultan decepcionantes, los inversores se vuelcan masivamente hacia el metal precioso, considerado como un valor refugio en períodos de turbulencia económica. Con un pico que supera los 2,500 dólares la onza, el oro confirma su estatus de refugio seguro frente a las crecientes incertidumbres.