Las decisiones políticas moldean el futuro de las criptomonedas, y la cumbre de criptomonedas organizada por la administración Trump en la Casa Blanca el 7 de marzo es una prueba contundente de ello. Este evento, que buscaba establecer una nueva postura de Estados Unidos ante la industria blockchain, provocó reacciones mixtas. Mientras que algunos observadores lo ven como un reconocimiento institucional del Bitcoin y un cambio estratégico, otros lo critican como un simple movimiento político sin medidas concretas. Este encuentro, que coincidió con el anuncio de la creación de una reserva estratégica de bitcoin, tuvo un impacto inmediato en los mercados, lo que provocó una caída del 7,3 % del BTC y salidas masivas de los ETF de Bitcoin. Entonces, ¿avance real o efecto de anuncio?