La inteligencia artificial avanza a un ritmo rápido, lo que hace que la distinción entre humanos y máquinas sea cada vez más difícil. Ante esta evolución, Worldcoin, ahora rebautizada como World, aspira a establecer una prueba de humanidad universal mediante un sistema de identificación biométrica basado en el reconocimiento del iris. La empresa acaba de anunciar que ha superado la marca de 10 millones de usuarios verificados, un hito que refleja su adopción masiva y que suscita una creciente controversia. De hecho, el proyecto se basa en una red de orbes encargados de escanear los datos oculares de los usuarios para asignarles una identidad digital inalterable. Según sus creadores, esta tecnología permitiría asegurar las interacciones digitales y garantizar que solo humanos reales accedan a los servicios en línea. Sin embargo, varios gobiernos y autoridades de protección de datos están preocupados por las posibles desviaciones de este modelo. Entre la promesa tecnológica y las resistencias regulatorias, Worldcoin se inserta en un debate sobre la identidad digital y la gobernanza de los datos personales. Su éxito o fracaso podría moldear el futuro de la autenticación en línea en un mundo donde la IA cuestiona los fundamentos de la confianza digital.
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