El mundo cripto ha experimentado cambios espectaculares desde 2022. El año 2024 marca un punto de inflexión decisivo para esta industria, con avances significativos en varios campos clave.
La firma de vigilancia Chainalysis publica hoy su informe sobre la adopción de criptomonedas. Francia se sitúa en el podio europeo.
La empresa anuncia la aceptación de pagos en stablecoins en la red Solana para los comerciantes estadounidenses.
El 6 de octubre de 2024, Tether, el emisor del stablecoin USDT, celebra su 10º aniversario con el lanzamiento de un documental titulado "Estabilidad y Libertad en el Caos". Esta película resalta el impacto significativo del USDT en países como Turquía, Brasil y Argentina, donde la inflación galopante ha llevado a los ciudadanos a buscar alternativas en criptomonedas para proteger su patrimonio.
a la regulación MiCA para finales de diciembre de 2024. Esta decisión forma parte de la adaptación de la empresa a los nuevos requisitos regulatorios de la Unión Europea para el sector de los activos digitales.
Según los recientes movimientos, la compañía de criptomonedas Ripple podría pronto revelar su stablecoin RLUSD. ¡Los detalles en este artículo!
La blockchain Solana da un nuevo paso en su desarrollo con la inminente llegada de un stablecoin euro regulado. Société Générale-FORGE, la filial cripto del banco francés, se prepara para desplegar CoinVertible (EURCV) en la red, abriendo así nuevas perspectivas para las finanzas descentralizadas en Europa.
Mientras la economía tradicional oscila entre incertidumbres y ajustes macroeconómicos, el mundo de las criptomonedas continúa trazando su propio camino, a veces desfasado, pero a menudo adelantado a las tendencias globales. La blockchain de Ethereum, corazón palpitante del ecosistema descentralizado, acaba de superar un hito histórico: casi 1,5 billones de dólares en transacciones de stablecoins se han registrado en solo 45 días. Esta cifra, más que un simple récord, revela una dinámica subyacente en un mercado DeFi en plena transformación.
Los flujos de stablecoins alcanzan niveles históricamente bajos, reflejando una baja confianza de los inversores en la recuperación de Bitcoin.