La influencia de Elon Musk ahora trasciende las fronteras de la industria tecnológica. A medida que el multimillonario expande su dominio sobre sectores clave, desde coches eléctricos hasta redes sociales, su vínculo sin precedentes con la SEC genera preocupaciones urgentes. Maxine Waters, figura influyente del Partido Demócrata, lanza la alarma: un acceso privilegiado de Musk a los datos sensibles de la agencia financiera podría amenazar el equilibrio de los mercados. Entre conflictos de interés y riesgo sistémico, las implicaciones superan las simples rivalidades corporativas.