En un mundo cada vez más polarizado, las alianzas geopolíticas desempeñan un papel fundamental en la redefinición de los equilibrios de poder. Corea del Norte, tradicionalmente aislada en la escena internacional, parece intensificar sus esfuerzos por alinearse con bloques económicos como los BRICS, en un contexto de crecientes lazos con Rusia. Esta estrategia podría tener grandes implicaciones, no solo para la diplomacia de Pyongyang, sino también para la geopolítica mundial. La notable ausencia de Corea del Norte en la Asamblea General de las Naciones Unidas en favor de un evento de los BRICS en San Petersburgo es una señal premonitoria.