En un contexto de feroz competencia internacional, Brasil ha adoptado una nueva política que podría redefinir sus relaciones comerciales con un socio de larga data, China. Esta iniciativa que afecta al Imperio del Medio con el que comparte el bloque BRICS se enmarca en una serie de medidas destinadas a proteger las industrias locales frente a un desafío económico importante. Las implicaciones de esta decisión prometen ser amplias y profundas.