En plena época de volatilidad económica mundial, Arabia Saudita ha tomado una decisión que podría redefinir los equilibrios energéticos y geopolíticos. Mientras que el precio del barril de petróleo alcanzaba los 100 dólares, Riad ha decidido aumentar considerablemente su producción de petróleo, una maniobra que busca hacer bajar los precios del crudo en los mercados internacionales.