Todas las miradas están puestas en el índice PCE, barómetro de la inflación en Estados Unidos. Esperado para el 28 de marzo, esta cifra podría desencadenar un trastorno en los mercados de activos de riesgo. El bitcoin, en la mira, podría ser el primer beneficiario o la primera víctima. En un clima de tensiones geopolíticas e incertidumbres monetarias, esta publicación se presenta como una prueba decisiva para medir el apetito especulativo y la solidez del impulso alcista en las criptomonedas.