Mientras los economistas cuentan espejismos, los Bitcoiners perciben lo verdadero. Datos falsos, dólar en declive: un nuevo dogma monetario nace ante nuestros ojos, lejos de los boletines oficiales.
Mientras los economistas cuentan espejismos, los Bitcoiners perciben lo verdadero. Datos falsos, dólar en declive: un nuevo dogma monetario nace ante nuestros ojos, lejos de los boletines oficiales.
Binance se regala bitcoins, los traders oscilan entre la euforia y la migraña tarifaria, y el IPC se cierne como una sentencia. Queda por ver quién va a pagar el precio: los bulls o los bears.
Cuatro meses rojos consecutivos para ETH. Una hemorragia lenta, silenciosa, donde cada transacción ausente excava un poco más la tumba de un activo en busca de un segundo aliento.
Todas las miradas están puestas en el índice PCE, barómetro de la inflación en Estados Unidos. Esperado para el 28 de marzo, esta cifra podría desencadenar un trastorno en los mercados de activos de riesgo. El bitcoin, en la mira, podría ser el primer beneficiario o la primera víctima. En un clima de tensiones geopolíticas e incertidumbres monetarias, esta publicación se presenta como una prueba decisiva para medir el apetito especulativo y la solidez del impulso alcista en las criptomonedas.
Powell, guardián del umbral, esculpe el instante. Tasas congeladas, esperanzas difusas. La economía vacila, suspendida entre el fuego de la inflación y el hielo de la desaceleración. Los mercados tiembla.
Mientras el índice de precios al consumo (IPC) estadounidense muestra una ligera disminución de la inflación, bitcoin contiene la respiración. Con un 3,1%, la cifra es inferior a las expectativas, pero la criptomoneda reina cae paradójicamente de 84,000 $ a 83,000 $ en pocas horas. ¿Una paradoja? No realmente. Entre las esperanzas de bajadas de tasas y las maniobras políticas, el panorama se complica. Desglose de un escenario en el que bitcoin, al acecho, podría sorprender a los mercados.
La UE defiende su economía frente a las nuevas sanciones estadounidenses. Les presentamos todos los detalles en este artículo.
La economía estadounidense atraviesa una zona de turbulencias. Entre una inflación creciente y un marcado desaceleración del crecimiento, un espectro olvidado hace su reaparición: la estanflación. Este fenómeno, que combina estancamiento económico y aumento de precios, recuerda las crisis de la década de 1970. Hoy, las nuevas políticas arancelarias de Donald Trump reavivan los temores de un regreso a esa época en la que el crecimiento estaba paralizado y el poder adquisitivo se erosionaba a gran velocidad. La decisión del presidente estadounidense de imponer altas tarifas a las importaciones chinas, mexicanas y canadienses genera numerosas preguntas sobre sus efectos reales en la economía. Mientras la Reserva Federal es llevada al límite, los mercados tambalean y las empresas se preocupan por las repercusiones en su rentabilidad.
Los Estados Unidos han tomado el toro por los cuernos tanto en el ámbito económico como geopolítico. Muchas cosas van a cambiar y, al final, el bitcoin saldrá beneficiado.
La cifra ha hecho saltar a los mercados: la inflación en la zona euro se estableció en un 2,4 % en febrero, según Eurostat. Una ligera baja, ciertamente, pero suficiente para reavivar el debate sobre los próximos movimientos del Banco Central Europeo (BCE). Entre un optimismo prudente y nubes geopolíticas, el euro oscila en un hilo delgado. Detrás de estos porcentajes se esconden realidades contrastadas: energía en declive, servicios resistentes y una Alemania que resiste. Análisis de un paisaje económico en semitonos.
Bolsa: rebote espectacular de los mercados. ¡Europa saca provecho mientras Wall Street se hunde! Los detalles en este artículo.
Francia aprueba un presupuesto, los franceses votan la desconfianza: el 80% predice el colapso, el 61% ni siquiera tiene esperanzas para sí mismos.
Mientras la Fed duda entre la prudencia y la acción, la inflación galopa y la cripto tambalea, lista para una semana de montañas rusas financieras.
Los días 12 y 13 de febrero de 2025 quedarán marcados como dos jornadas particularmente difíciles para el bitcoin, que tuvo que enfrentar una doble mala noticia en el frente de la inflación estadounidense. La reina de las criptomonedas, que ya había caído por debajo de los 95,000 dólares el miércoles, sigue luchando por mantener este nivel crítico.
Como un vaquero desenfundando su revólver, Trump desenfunda los aranceles recíprocos, despertando antiguos fantasmas económicos y sembrando el pánico del Bitcoin en las bolsas.
La próxima publicación de datos sobre la inflación en Estados Unidos podría ser un factor clave para el precio del bitcoin. Según un informe reciente de 10x Research, una disminución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría desencadenar un nuevo rally alcista, acercando así el BTC a sus máximos históricos.
Donald Trump revela su estrategia radical para contrarrestar las ambiciones monetarias de los BRICS. Ante su proyecto de moneda común, amenaza con imponer aranceles del 100% a cualquier país que la adopte. Este enfoque contundente oculta negociaciones secretas que podrían redefinir el orden monetario mundial.
Bajo el resplandor tranquilizador del IPC, Binance se enciende: Bitcoin capta 500 millones en dos horas, coronando a la cripto con una nueva esperanza.
El mercado de las criptomonedas está experimentando una efervescencia sin precedentes. De hecho, el bitcoin, líder indiscutido del sector, se está acercando a la barrera simbólica de los 100,000 dólares, un umbral que representa mucho más que un simple aumento de valor. Este ascenso refleja la evolución de la economía mundial, donde las criptomonedas ocupan un lugar importante en las carteras de inversores que buscan activos alternativos. Impulsada por datos económicos estadounidenses favorables, incluida una aparente contención de la inflación, esta progresión informa sobre las oportunidades y los desafíos de un mercado en constante cambio, entre el optimismo y las incertidumbres vinculadas a las fluctuaciones de los mercados tradicionales.
Después de alcanzar un máximo histórico en diciembre, el bitcoin sufre una corrección brutal, perdiendo casi el 10% de su valor en unas pocas semanas. Esta caída no se puede explicar únicamente por un simple ciclo de mercado, sino por un contexto económico bajo tensión. La inflación estadounidense, cada vez más persistente, reduce los márgenes de maniobra de la Reserva Federal (Fed), lo que retrasa las esperanzas de recortes en las tasas. Esta situación refuerza la presión sobre los activos de riesgo, incluido el bitcoin, que ve disminuir su atractivo frente a un dólar en alza y rendimientos de bonos en aumento. El inminente anuncio del índice de precios al consumo (IPC) el 15 de enero podría acentuar esta tendencia. Según Steno Research, una inflación superior a lo previsto podría desencadenar nuevas liquidaciones y hacer caer el BTC por debajo de los 85,000 dólares. Pero el peligro no proviene únicamente de los datos macroeconómicos. El mercado de derivados de bitcoin sigue sobrecalentado, lo que alimenta un exceso de apalancamiento que aumenta la volatilidad. Entre incertidumbres económicas y la fragilización de las posiciones especulativas, la cripto evoluciona en una zona de inestabilidad, donde cada anuncio económico podría provocar un movimiento de gran magnitud.
"Los mercados financieros odian la incertidumbre, sin embargo, la economía mundial está entrando en un periodo de inestabilidad. A las puertas de 2025, los temores de desaceleración económica, las tensiones inflacionarias y las incertidumbres políticas se multiplican. Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), alerta sobre "vientos en contra" y "divergencias" que amenazan el equilibrio económico mundial. Europa se estanca, Estados Unidos sorprende con su resiliencia, China enfrenta una presión deflacionista y Brasil lucha contra la inflación. Detrás de estas disparidades, hay otro factor preocupante: la erosión de las inversiones en educación frena la innovación y el crecimiento a largo plazo. Mientras el FMI se prepara para publicar su informe actualizado, queda una pregunta: ¿estas fracturas económicas están cavando un foso irreversible o prefiguran un nuevo orden mundial?"
La evolución del precio del bitcoin en 2025 dependerá de tres grandes parámetros: la macroeconomía, la geopolítica y la capacidad del bitcoin para atraer a los inversores.
Entre la euforia trumpiana y la fría mecánica de la Fed, el bitcoin oscila, rey frágil de un reino de incertidumbres.
Entre un Trump provocador y una Fed inflexible, la economía vacila. Las tasas suben, los precios se disparan y los nervios se desgastan.
La inflación en la zona euro continúa siendo objeto de una atención particular, mientras los mercados observan la publicación de las cifras de diciembre. Según las estimaciones de FactSet, el aumento de los precios al consumo debería alcanzar el 2,4 % interanual, en comparación con el 2,2 % en noviembre. Este progreso, aunque moderado, genera interrogantes sobre la trayectoria que el Banco Central Europeo (BCE) está a punto de seguir. Por un lado, algunos inversores apuestan por un alivio monetario rápido, convencidos de que la inflación regresará progresivamente hacia el objetivo del 2 % establecido por el BCE. Por otro lado, la sostenibilidad de una inflación subyacente del 2,7 %, alimentada por el aumento de los precios de los servicios y de los productos alimenticios, lleva al banco central a la prudencia. Mientras el BCE debe celebrar su primera reunión del año el 30 de enero, el equilibrio entre el apoyo a la economía y el control de los precios se presenta particularmente delicado.
Elon Musk hace temblar Washington. Entre su influencia en las redes sociales y sus cientos de millones de dólares en donaciones, Elon Musk se impone cada vez más como el verdadero maestro de la Casa Blanca.
Entre susurros de inflación y esperanzas de crecimiento, la Fed redefine sus horizontes. Powell, con cautela en mano, desafía una tormenta económica naciente.
Frente a los vientos helados de la inflación, Vancouver teje una red digital: el bitcoin, arma audaz, guarda tesoros contra la tormenta monetaria.
La economía rusa atraviesa un período marcado por fuertes tensiones, una inflación persistente y desafíos económicos relacionados con la guerra en Ucrania. En este contexto, el Banco Central de Rusia (BCR) considera una decisión que podría remodelar el panorama económico nacional: un nuevo aumento de su tasa de interés, que ya se ha elevado al 21 %, un nivel sin precedentes en dos décadas. Esta medida tiene como objetivo frenar el aumento de los precios al consumo, estimado en el 8,5 %, que es el doble de la meta oficial.
A medida que la guerra en Ucrania se prolonga, las consecuencias económicas para Rusia comienzan a sentirse de manera más aguda. Inicialmente reconocida por su resiliencia ante uno de los regímenes de sanciones más severos de la historia moderna, la economía rusa muestra hoy signos evidentes de agotamiento. La inflación va acompañada de un aumento vertiginoso de las tasas de interés. Paralelamente, la fragilidad del rublo, en constante caída frente al yuan, refleja una creciente dependencia de China, principal socio comercial de Moscú.