Las criptomonedas han estado evolucionando durante años en una nebulosa regulatoria, pero la última decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos representa un cambio decisivo para Binance. Al rechazar la solicitud de la plataforma, la máxima jurisdicción estadounidense confirma que las leyes sobre valores mobiliarios se aplican a las transacciones realizadas en sus servidores, incluso si la empresa no tiene una sede física en los Estados Unidos. Este veredicto abre la puerta a una acción colectiva presentada por inversionistas, quienes acusan a Binance de haber vendido criptomonedas no registradas. Ya bajo presión después de una serie de demandas y un acuerdo de varios miles de millones de dólares con el Departamento de Justicia, el intercambio y su antiguo CEO, Changpeng Zhao, ven intensificarse los desafíos legales. Este revés plantea una pregunta clave: ¿están los Estados Unidos imponiendo su autoridad a todo el mercado mundial de criptomonedas?