Mientras que el orden económico mundial ha sido durante mucho tiempo moldeado por la hegemonía del dólar estadounidense, los signos de una transición inevitable se multiplican. Hoy, se ha dado un nuevo paso: por primera vez en décadas, la participación del dólar en las reservas mundiales ha caído por debajo del 60%. Este declive, lejos de ser insignificante, es un reflejo de cambios profundos impulsados por las economías emergentes, en particular los miembros del bloque BRICS, que buscan redefinir las reglas del juego financiero global. A medida que los bancos centrales de los países en desarrollo se alejan del dólar para privilegiar el oro y sus divisas locales, podría delinearse un nuevo orden monetario.