La Bolsa estadounidense acaba de vivir un terremoto financiero. En pocas horas, se han evaporado 3.4 billones de dólares, borrando de un golpe las ganancias post-electorales. Un escenario catastrófico que sumerge a Wall Street en una inusitada torpeza. ¿Y en la mira? Donald Trump, cuyas nuevas tarifas arancelarias han encendido la mecha de una crisis con repercusiones globales.