La reciente decisión de Warren Buffett de ceder una parte importante de las acciones de Apple que posee Berkshire Hathaway sorprendió a la comunidad financiera. Al vender cerca de la mitad de sus títulos en una de las empresas más valiosas del mundo, el famoso inversor se aparta de su reputación de apoyo incondicional a las empresas de calidad. Este gesto, inusual para alguien de su estatura, suscita interrogantes sobre las motivaciones detrás de este movimiento y las señales que envía sobre las perspectivas económicas y tecnológicas actuales.