Desde Bruselas, la señal es clara: los gigantes tecnológicos deberán rendir cuentas. La plataforma X, anteriormente conocida como Twitter, está siendo objeto de una investigación por parte de la Unión Europea por posibles violaciones graves de la Ley de Servicios Digitales. En el punto de mira: la difusión de contenidos ilícitos y la falta de cooperación con las autoridades. La multa contemplada superaría mil millones de dólares, un récord que podría marcar un punto de inflexión en la aplicación del nuevo reglamento europeo. Elon Musk, su propietario, se encuentra en el centro de una confrontación regulatoria sin precedentes.