Rusia enfrenta una amenaza creciente de estanflación, mientras su economía se desacelera bajo el peso de los masivos gastos militares y una inflación galopante. Con una tasa de inflación del 9 % en agosto de 2024 y una economía marcada por importantes gastos militares desde la invasión de Ucrania, los expertos están preocupados por las repercusiones a largo plazo.