En un contexto económico mundial marcado por turbulencias sucesivas, pocos sectores logran mantener una estabilidad duradera. Durante mucho tiempo percibido como una fortaleza insumergible, el lujo, símbolo por excelencia de prosperidad y exclusividad, también tambaleó en 2024. De hecho, las fortunas de figuras emblemáticas como Bernard Arnault, Françoise Bettencourt Meyers y François Pinault sufrieron pérdidas colosales, que ascienden a más de 70 mil millones de dólares acumulados. Este declive tiene su origen en un conjunto de factores estrechamente relacionados: una economía china en plena desaceleración, tensiones políticas nacionales y una volatilidad incrementada en los mercados bursátiles. Estos elementos combinados han sacudido los pilares del sector, lo que revela una fragilidad inesperada.