¿Puede Pekín realmente evitar el colapso de su mercado inmobiliario?

En un contexto mundial marcado por incertidumbres económicas, China enfrenta desafíos sin precedentes para mantener su crecimiento. De hecho, desde hace varios meses, el gigante asiático, la segunda economía mundial, intenta salir del estancamiento, en particular mediante la reanimación de un sector inmobiliario en profunda crisis. El gobierno chino acaba de anunciar una nueva serie de medidas ambiciosas para estimular su economía, con una atención especial al mercado inmobiliario. Estas iniciativas son cruciales para China, pero también para la economía mundial, dado el peso del Imperio del Medio en los intercambios comerciales y la estabilidad financiera.

Una reactivación centrada en el sector inmobiliario

China ha desvelado nuevas medidas para apoyar un sector inmobiliario en declive, con la esperanza de estimular una economía en desaceleración. Durante una conferencia de prensa celebrada en Beijing, el ministro de Vivienda, Ni Hong, anunció la extensión del crédito destinado a los proyectos inmobiliarios en lista blanca a 4,000 mil millones de yuanes para finales de 2024, casi el doble de la asignación anterior. Este mecanismo de «lista blanca» permite a los municipios recomendar a los bancos proyectos inmobiliarios prioritarios para financiar. Tales iniciativas están destinadas a evitar que los proyectos queden inacabados, un problema recurrente desde la crisis de gigantes del sector como Evergrande.

Además de esta financiación masiva, Beijing ha prometido la renovación de un millón de viviendas deterioradas ubicadas en aldeas urbanas. El gobierno estima que estas renovaciones son esenciales para mejorar las condiciones de vida y reforzar la seguridad de las infraestructuras. De hecho, «las aldeas urbanas presentan numerosos riesgos para la seguridad y condiciones de vida deficientes. La gente está ansiosa por hacer renovaciones», explicó Ni Hong durante el anuncio. El apoyo al mercado inmobiliario, uno de los pilares del crecimiento chino durante dos décadas, es hoy crucial para detener la espiral de depreciación de precios y devolver la confianza a los inversores.

Medidas bien recibidas, pero persiste el escepticismo

Si bien los anuncios gubernamentales ya han permitido un repunte en el interés de los mercados financieros, en particular un aumento del 20 % en las bolsas chinas a finales de septiembre, las nuevas medidas reveladas esta semana no han generado el mismo entusiasmo. «Cuanto más avanzaba la conferencia de prensa, más se veía que los mercados no estaban realmente emocionados», declaró Stephen Innes de SPI Asset Management. Así, los inversores parecen esperar más que anuncios para estar convencidos de que el sector inmobiliario chino puede estabilizarse a largo plazo.

«El desorden que reina en China en el sector inmobiliario no se puede resolver con algunos discursos y medidas precarias», agregó Innes, lo que refleja una cierta prudencia sobre la eficacia real de estas nuevas iniciativas.

Más allá de las intervenciones dirigidas en la vivienda, el gobierno chino también presentó un plan global de reactivación económica, que incluye recortes en las tasas de interés para préstamos inmobiliarios y flexibilizaciones en la compra de bienes en las grandes metrópolis. Sin embargo, estas acciones, aunque positivas, deben ser medidas frente a la magnitud de las dificultades estructurales que enfrenta el sector inmobiliario. Los inversores señalan que la situación sigue siendo frágil, y que el impacto de estas medidas podría resultar limitado si la confianza de los consumidores no regresa rápidamente. Beijing, que apunta a un crecimiento del 5 % para 2024, debe enfrentar numerosos desafíos para alcanzar este objetivo.

Si bien las nuevas medidas muestran la voluntad de las autoridades chinas de relanzar su economía, también subrayan la complejidad de la situación. La crisis inmobiliaria sigue siendo un obstáculo importante para alcanzar los objetivos de crecimiento fijados por Beijing, y los mercados no parecen convencidos por las soluciones actuales. Por lo tanto, habrá que vigilar de cerca la evolución de las cifras del crecimiento chino, que deberían dar indicios sobre la eficacia de las reformas en curso.