¿Podría la moneda de los BRICS realmente derrocar al dólar?
El panorama monetario mundial está en plena mutación. Mientras la influencia del dólar estadounidense vacila bajo el peso de las tensiones geopolíticas y las políticas económicas agresivas, los BRICS se disponen a redefinir las reglas del juego. Están trabajando para lanzar una nueva moneda de reserva, un proyecto audaz que podría sacudir la supremacía del billete verde y redistribuir las cartas de las finanzas internacionales. Ante el impacto de las sanciones económicas, las guerras comerciales y una dependencia considerada excesiva del dólar, estas potencias emergentes se agrupan para afirmar su soberanía económica. Pero esta nueva moneda, concebida como una alternativa directa al sistema financiero dominado por Estados Unidos, suscita tantas esperanzas como dudas.
BRICS y la alternativa al dólar estadounidense
La iniciativa de los BRICS de crear una nueva moneda de reserva se enmarca en un contexto de tensiones económicas mundiales exacerbadas. Desde hace varios años, los BRICS expresan su voluntad de desvincularse de la dominación del dólar, percibido como un instrumento de poder económico de Estados Unidos. En la cumbre de 2022, Vladimir Putin anunció que el bloque trabajaba activamente en una «nueva moneda de reserva mundial» destinada a reducir la dependencia de las divisas occidentales. Esta ambición ha sido reforzada por las sanciones impuestas a Rusia e Irán, empujando a estos países a buscar alternativas para sortear las restricciones estadounidenses. El apoyo explícito del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que no cesa de criticar el papel histórico del dólar en los intercambios comerciales internacionales, ilustra esta voluntad común de redefinir el orden financiero mundial a favor de un sistema más multipolar y menos sujeto a los vaivenes de las políticas estadounidenses.
El proyecto de moneda BRICS, aunque atractivo en el papel, plantea interrogantes sobre su viabilidad y sus implicaciones económicas. Si llegara a ver la luz, representaría un golpe mayor a la supremacía del dólar, que todavía domina cerca del 90 % de las transacciones de cambio mundiales. El proyecto podría llevar a una redefinición de los flujos financieros globales, una reducción de la demanda de dólares y potencialmente un debilitamiento de la posición económica de Estados Unidos. Sin embargo, los BRICS deberán superar desafíos considerables, como armonizar las políticas económicas dispares de sus miembros y gestionar las tensiones internas, como las entre India y China. Hasta la fecha, el proyecto sigue siendo una ambición a medio o largo plazo. La implementación de una moneda así no se hará de la noche a la mañana.
Un equilibrio frágil por construir
La idea de una moneda común BRICS se enfrenta a obstáculos económicos y políticos mayores, que hacen su realización compleja e incierta. Las disparidades económicas entre los miembros del bloque constituyen un gran freno: China, con su economía dominante y su moneda ya internacionalizada, tiende a imponer su influencia sobre los demás países, haciendo difícil mantener el equilibrio dentro de los BRICS. Los países no chinos temen una dependencia excesiva del yuan, en detrimento de sus propias divisas. Las recientes negativas de India a efectuar pagos en yuan para sus importaciones de petróleo ruso ilustran las tensiones subyacentes. ¿Podrán los BRICS ponerse de acuerdo sobre las modalidades de una moneda común sin exacerbar los desequilibrios de poder internos? ¡Gran pregunta!
Por otra parte, la implementación de una moneda así requeriría infraestructuras financieras robustas y una gobernanza concertada, a imagen del proyecto BRICS Bridge, una plataforma de pago basada en blockchain destinada a facilitar las transacciones en divisas digitales de los bancos centrales. Pero estas innovaciones tecnológicas no bastarán para superar las resistencias políticas y las presiones internacionales, particularmente de parte de Estados Unidos, que no ve con buenos ojos el surgimiento de un sistema financiero alternativo. El proyecto también corre el riesgo de ser percibido como un vector de inestabilidad por los mercados, lo que podría frenar la adhesión de otras naciones y ralentizar la adopción de una moneda BRICS en el escenario mundial. Las incertidumbres son tales que, a corto plazo, el dólar conserva su papel central, respaldado por instituciones y redes económicas sólidamente ancladas.
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Diplômé de Sciences Po Toulouse et titulaire d'une certification consultant blockchain délivrée par Alyra, j'ai rejoint l'aventure Cointribune en 2019. Convaincu du potentiel de la blockchain pour transformer de nombreux secteurs de l'économie, j'ai pris l'engagement de sensibiliser et d'informer le grand public sur cet écosystème en constante évolution. Mon objectif est de permettre à chacun de mieux comprendre la blockchain et de saisir les opportunités qu'elle offre. Je m'efforce chaque jour de fournir une analyse objective de l'actualité, de décrypter les tendances du marché, de relayer les dernières innovations technologiques et de mettre en perspective les enjeux économiques et sociétaux de cette révolution en marche.
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