La industria de las criptomonedas, que alguna vez fue sinónimo de innovación financiera, se está convirtiendo hoy en un campo de juego privilegiado para estafas cada vez más sofisticadas. Mientras que 2024 ya ha estado marcada por una explosión de fraudes digitales, Chainalysis lanza la voz de alarma: 2025 podría ser el año más lucrativo de la historia para los cibercriminales. La inteligencia artificial (IA), que anteriormente se percibía como un recurso para fortalecer la seguridad, se está convirtiendo ahora en un arma temible al servicio de los estafadores. Falsificación de identidades, suplantación de voz, automatización de manipulaciones psicológicas... las nuevas estrategias de los estafadores están llevando los límites del posible más allá.