Las tensiones entre Washington y Bruselas están tomando un giro preocupante. Mientras que el comercio transatlántico representa un mercado colosal de 9 billones de dólares, los nuevos impuestos impuestos por Donald Trump podrían desestabilizar un equilibrio ya frágil. Una guerra comercial entre las dos potencias económicas podría provocar una inflación en los costos de producción, una drástica disminución de los intercambios y una creciente inestabilidad para las empresas.