La deuda francesa suscita hoy en día graves inquietudes. El repunte de la tasa a diez años, que recientemente rozó el 3,4 %, ilustra los colosales desafíos a los que se enfrenta el gobierno. Por un lado, el ministro de Economía, Éric Lombard, debe lidiar con una carga de intereses galopante. Por otro lado, la prima de riesgo, rozando los 90 puntos básicos, recuerda que la brecha se amplía poco a poco con Alemania y se acerca peligrosamente a Italia.