Mundo: ¡Alemania y EE. UU. listos para cortar la ayuda a Ucrania!

El futuro de la ayuda occidental a Ucrania hoy está suspendido en una serie de incertidumbres. Por un lado, el Instituto Kiel, un instituto de investigación alemán de renombre, advierte sobre una posible reducción drástica del apoyo financiero si Donald Trump volviera a la Casa Blanca en 2025. Por otro lado, Alemania ha anunciado su intención de reducir a la mitad sus contribuciones militares. En tal contexto, Ucrania podría verse privada de valiosos aliados. ¿Cuáles son las consecuencias para el equilibrio geopolítico y cómo podrá Ucrania afrontar este desafío?

Un posible regreso de Trump: un seísmo para la ayuda estadounidense a Ucrania

Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 podrían marcar un punto de inflexión para Ucrania. Si Donald Trump, quien quiere hacer del Bitcoin un arma económica, retoma el poder, la ayuda militar y financiera estadounidense a Ucrania podría sufrir un fuerte golpe.

De hecho, el ex presidente siempre ha manifestado un cierto escepticismo hacia los compromisos internacionales y Ucrania no es la excepción.

Sus intenciones de reducir, e incluso cesar, las ayudas militares y financieras nunca han sido ocultadas. Tal política podría obstaculizar los proyectos de apoyo del Congreso estadounidense, bloqueando cualquier iniciativa de ayuda a Kiev.

El impacto de esta decisión sería considerable. Con cerca de 100,2 mil millones de euros de ayudas bilaterales prometidas, Estados Unidos se encuentra entre los principales contribuyentes para Ucrania en el mundo.

Esta ayuda no se limita a promesas; de hecho, el 87 % de los fondos asignados por Estados Unidos ya están en el terreno en forma de armas y equipos militares. Una reducción de este aporte significaría para Ucrania una pérdida inmediata de recursos estratégicos.

Este posible retiro de apoyo estadounidense también plantea la cuestión de las alianzas occidentales. Si América retrocede, otros países en el mundo podrían dudar en continuar su ayuda. Tal cambio podría también influir la percepción de otros aliados, particularmente europeos, ya presionados para revisar sus presupuestos de ayuda a la baja.

¿Alemania anuncia su posición?

Al otro lado del Atlántico, Alemania sigue un camino similar. El gobierno alemán reveló recientemente sus intenciones de reducir a la mitad los fondos destinados a Ucrania a partir de 2025.

Si Alemania decide efectivamente reducir sus ayudas militares, las repercusiones se harán sentir rápidamente, no solo para Ucrania, sino también para el resto de Europa.

Al retirarse parcialmente, Alemania envía una señal fuerte: Europa podría comenzar a centrarse en sus propias prioridades, en detrimento de los compromisos internacionales.

La reducción prevista por Berlín podría incitar a otros países europeos a revisar sus propias contribuciones.

De hecho, algunos donantes europeos ya han expresado dudas sobre la continuidad de su apoyo. Las cifras hablan por sí solas: las ayudas militares y financieras, que se calcula alcanzarían los 59 y 54 mil millones de euros, podrían caer respectivamente a 29 y 27 mil millones, una disminución de cerca de la mitad, si los apoyos occidentales siguen el ejemplo de Alemania.

Este anuncio se produce mientras el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky emprende una gira europea para intentar conseguir un apoyo renovado. Tras una reunión con el primer ministro británico, se reunirá con los líderes franceses, italianos y alemanes. Su mensaje es claro: sin un apoyo internacional continuo, Ucrania podría perder el impulso necesario para continuar sus acciones militares y diplomáticas. Mientras el mundo sigue de cerca esta situación, el apoyo europeo sigue siendo crucial para Kiev.

Ante estos desafíos, se consideran soluciones alternativas. La Unión Europea, por ejemplo, ha anunciado un préstamo potencial de 35 mil millones de euros, financiado por las ganancias de los activos rusos congelados. Aunque esta iniciativa podría ofrecer un respiro temporal, no puede compensar las reducciones de las ayudas bilaterales tradicionales. Pietro Bomprezzi, al frente del equipo del Instituto Kiel, destaca que estos fondos siguen siendo paliativos, soluciones temporales que no responderán a las necesidades de Ucrania a largo plazo. Mientras tanto, China se desploma.