Michael Saylor predice el futuro: ¡Sin Bitcoin, el euro está condenado!

¿Está condenado el euro a derivar al vaivén de las políticas monetarias y las tensiones geopolíticas? Michael Saylor, figura emblemática del bitcoin, está convencido de ello. En un tweet contundente — « EUR gonna need BTC » — el CEO de MicroStrategy advierte sobre el futuro de la moneda europea. Mientras que Estados Unidos adopta masivamente las criptomonedas, la Eurozona duda, atrapada entre soberanía y riesgo de obsolescencia.

Europa en pánico: la carrera contra el tiempo

El 10 de marzo, una rara confesión agrietó el barniz diplomático de los ministros europeos de Finanzas. Bajo la presión de las recientes decisiones estadounidenses, el euro tambalea. Donald Trump, al firmar un decreto para crear una reserva estatal de bitcoin, cambió las reglas del juego.

De la noche a la mañana, Estados Unidos pasó de ser espectadores escépticos a ser los dueños del juego. ¿Resultado? Europa teme convertirse en un simple figurante en esta obra económica.

Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo, reconoció la urgencia: «Las políticas exteriores tienen consecuencias importantes para nosotros». Un eufemismo.

Detrás de estas palabras se esconde una dura realidad: la estabilidad monetaria europea está amenazada si el dólar, respaldado por stablecoins omnipresentes, consolida su dominio.

Peor aún, la iniciativa criptográfica estadounidense despierta una vieja pesadilla europea: la pérdida de soberanía. En 2020, el proyecto Libra de Facebook ya había sacudido Bruselas, empujando al BCE a acelerar su «euro digital». Pero Diem (ex-Libra) colapsó en 2022, dejando a Europa ante un dilema: inventar su propia moneda digital… o someterse a la de otros.

Stablecoins: ¿caballo de Troya del dólar?

Para Philip Lane, economista jefe del BCE, el peligro es tangible. « Sin euro digital, el dólar reinará en maestro », advierte.

Las cifras respaldan su alarmismo: el 99% de las stablecoins están indexadas al billete verde. Una hegemonía silenciosa, que podría reducir el euro al rango de moneda secundaria en los pagos diarios.

Pero el verdadero talón de Aquiles de Europa? Los gigantes tecnológicos. Apple Pay, Google Pay y PayPal ya controlan el 80% de las transacciones digitales en el Viejo Continente. Estos actores, mayormente estadounidenses, podrían mañana integrar stablecoins denominadas en dólares, creando una dependencia sistémica.

Frente a esta doble amenaza — tecnológica y monetaria —, el BCE apuesta por el euro digital para retomar el control. «Una solución de pago universal, bajo gobernanza europea», clama Lane.

Sin embargo, este proyecto sigue atascado en los meandros burocráticos. Mientras tanto, el bitcoin, descentralizado y apátrida, está ganando cuota de mercado.

Del euro digital al bitcoin, el inevitable giro. Si el euro digital fuera un escudo, bitcoin podría ser la espada. Mientras Europa duda, Saylor recuerda lo esencial: las criptos no son solo una herramienta de pago. Son un baluarte contra la erosión monetaria.

Bitcoin: ¿salvador a su pesar?

La ironía es cruel. Europa, cuna de la innovación bancaria, se encuentra rezagada. Su euro digital, concebido para contrarrestar a Libra, llega demasiado tarde. Las stablecoins dolarizadas y las Big Tech ya han marcado su camino.

Michael Saylor, por su parte, ve más allá. El bitcoin no es solo una alternativa a las monedas tradicionales; es un activo duro, deflacionista, impermeable a los caprichos de los bancos centrales.

Mientras el BCE intenta controlar la narrativa con su proyecto, el BTC encarna una soberanía individual. Un concepto que molesta tanto como libera.

¿Y si el euro sobreviviera aliándose con bitcoin? Por ahora, Bruselas se mantiene firme en sus posiciones regulatorias. Pero frente a la carrera hacia adelante de Estados Unidos, el cerco se estrecha. « Europa no tiene el lujo del tiempo », susurran los pasillos del BCE.

Michael Saylor ha encendido una mecha. Queda por ver si Europa escuchará su crepitar. Sin bitcoin, el euro podría hundirse en la inutilidad, asfixiado por el dólar y las stablecoins. La moneda única tendrá que elegir: adaptarse… o desaparecer. Entre innovación y tradición, la cuenta atrás ha comenzado a pesar de la crisis sin precedentes anunciada por Glassnode.