Mark Carney elegido Primer Ministro: ¿Qué futuro para la cripto en Canadá?
La elección de Mark Carney al frente del Partido Liberal de Canadá ha detenido algunas respiraciones. Para algunos canadienses, esta victoria ya no era una sorpresa. Incluso en la plataforma PolyMarket, los apostadores de criptomonedas habían dado un 79 % de posibilidades a Carney de ganar la carrera. Este cambio de liderazgo llegó en un clima político cada vez más tenso, especialmente con el aumento de las tensiones comerciales entre Canadá y Estados Unidos. Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, se prepara para asumir un papel clave en un contexto económico incierto, y su visión de la política monetaria y las criptomonedas podría redefinir los contornos de la economía canadiense en los próximos años.
En resumen
- Mark Carney se convierte en Primer Ministro de Canadá tras una victoria aplastante.
- Carney se opone a Trump y a las políticas económicas estadounidenses.
- Critica las criptomonedas, abogando por una regulación estricta y las CBDC.
- Carney apoya la innovación, pero dentro de un marco regulado y seguro.
Una victoria marcada por la crisis y el pragmatismo económico
Mark Carney logró convencer a los canadienses de que él era el hombre de la situación, aquel capaz de manejar las crisis económicas y políticas. Y no el candidato pro-crypto Pierre Poilievre. Su trayectoria excepcional en finanzas, especialmente durante la crisis de 2008, lo convirtió en una figura respetada más allá de las fronteras canadienses. Pero su ascenso político también coincidió con un resurgir de las tensiones con Donald Trump.
Mientras Canadá sufría de lleno los efectos de los aranceles impuestos por la administración Trump, Carney se afirmó como el líder capaz de hacer frente a esta presión externa.
En su discurso de victoria, expresó claramente su rechazo a la política estadounidense, calificando los intentos de Trump como «traición» y pidiendo una unidad nacional reforzada para enfrentar esta nueva realidad.
«Los estadounidenses quieren nuestro país, nuestros recursos, nuestra agua,» declaró.
En esta postura, Carney se distingue de su principal rival, Pierre Poilievre, un conservador que a menudo ha tenido discursos más conciliadores hacia Estados Unidos. La alineación de Poilievre con algunas figuras pro-Trump, como Elon Musk y líderes cripto, le ha perjudicado, mientras que Carney ha jugado con su reputación de tecnócrata pragmático, preocupado por defender los intereses de Canadá ante todo.
El perfil anti-Trump: ¿una ventaja para Canadá?
La relación entre Carney y Donald Trump no es nueva. Como exgobernador del Banco de Inglaterra, Carney tuvo varias oportunidades de cruzarse con el presidente estadounidense, especialmente en reuniones internacionales donde Trump defendía su visión proteccionista y populista. Carney nunca ocultó su oposición a las políticas comerciales de la antigua administración estadounidense.
Vamos a enfrentarnos a un tirano, no vamos a ceder.
Esto lo sitúa en una posición favorable a los ojos de los canadienses, que ven en él una muralla frente a la amenaza exterior. Mientras Poilievre buscaba avivar la llama pro-Trump en Canadá, Carney concentró su discurso en la importancia de proteger la soberanía canadiense. Para Canadá, este contraste no podría ser más marcado: un líder progresista, decididamente pro-multilateralismo, frente a un adversario conservador influenciado por los ideales trumpistas.
Este perfil de líder firme contra Trump es aún más relevante en el contexto geopolítico actual. Carney, por su enfoque mesurado y su voluntad de defender el libre comercio manteniendo relaciones equilibradas, parece haber captado las preocupaciones de la mayoría de los canadienses, para quienes la estabilidad política y económica es más valiosa que nunca.
Mark Carney y la criptomoneda: una mirada crítica
Mark Carney siempre ha sido muy crítico con las criptomonedas, especialmente con el bitcoin. En su discurso de 2018 en el Banco de Inglaterra, calificó al bitcoin como un «mal depósito de valor«, destacando que la criptomoneda no cumplía con las tres funciones esenciales del dinero: medio de intercambio, unidad de cuenta y reserva de valor.
Para Carney, las criptomonedas, a pesar de su popularidad, están lejos de satisfacer las expectativas de los usuarios a largo plazo. Según él, las criptos solo son útiles en situaciones muy limitadas, y es únicamente en paralelo a las monedas fiduciarias que bitcoin y sus pares pueden aspirar a un papel económico relevante.
Pero esto no es todo. Carney también expresó sus preocupaciones sobre los stablecoins y la fragmentación que podrían provocar en la economía monetaria mundial. Durante la Conferencia Memorial Crockett de 2021, afirmó que los stablecoins privados necesitan una regulación estricta para garantizar la estabilidad financiera. Precisó:
El mercado de stablecoins podría fragmentar la liquidez del sistema monetario y debilitar el papel del dinero como mecanismo de coordinación.
¿La solución que propone? La implementación de monedas digitales de bancos centrales (CBDC). Carney defiende la idea de que una CBDC podría ofrecer ventajas considerables, especialmente en cuanto a reducción de costos de transacción, rapidez en los pagos y seguridad en los intercambios.
Como ferviente defensor de las CBDC, Carney también hizo hincapié en la necesidad de una interconexión con las instituciones privadas reguladas, para fomentar un entorno financiero coherente y seguro. Este modelo permitiría, según él, evitar los peligros de las criptomonedas privadas mientras promueve la innovación en el sector bancario digital.
Las tecnologías subyacentes son apasionantes, pero las soluciones deben mejorar la estabilidad financiera, al tiempo que apoyan servicios de pago más innovadores y confiables.
Para Carney, las criptomonedas, aunque interesantes, son solo una parte de un rompecabezas más amplio que él pretende resolver mediante regulación e introducción de CBDC en Canadá.
Carney y el endurecimiento de las regulaciones cripto
Carney siempre se ha mostrado a favor de una regulación del sector de las criptomonedas. Según él, aunque la tecnología subyacente es prometedora, el auge de las criptos debe ser regulado para proteger a los inversores y evitar manipulaciones de mercado.
Las mejores criptomonedas se dirigirán naturalmente hacia las mejores plataformas de intercambio, siempre que estén reguladas.
La regulación, lejos de frenar la innovación, podría según Carney abrir el camino a un marco estable y confiable para las criptomonedas. Sin embargo, el paso de un entorno relativamente libre a un ecosistema más regulado podría ser considerado por algunos como una restricción. Carney pretende posicionarse como un líder responsable, favoreciendo una adopción razonada de tecnologías innovadoras mientras preserva los equilibrios económicos del país.
Canadá, tradicionalmente favorable a la innovación, podría encontrarse bajo el impulso de Carney adoptando una postura mucho más estricta hacia las criptomonedas, hasta el punto de potencialmente limitar su uso en favor de las CBDC. El país podría entonces reorientar progresivamente sus esfuerzos para integrar las monedas digitales soberanas en una economía donde la regulación se vuelve esencial.
La llegada de Carney a la cabeza de Canadá podría marcar un giro decisivo para la criptoeconomía del país. Mientras el gobierno canadiense ha endurecido recientemente su posición, Carney podría fortalecer estas regulaciones, abriendo camino a una adopción más masiva de las CBDC, al tiempo que limita el espacio para las criptomonedas privadas.
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