¡Las criptomonedas salvan los intercambios comerciales entre Rusia y China (el trueque también)!

Frente a las crecientes restricciones impuestas por Occidente, Rusia y China ahora exploran vías alternativas para mantener sus intercambios. Mientras que los bancos chinos, que antes estaban abiertos a las transacciones en yuanes, comienzan a cerrar sus puertas a los pagos rusos por temor a represalias, surgen nuevos métodos.

El comercio ruso-chino ante el desafío de las sanciones financieras

Desde que las sanciones internacionales han estrechado su cerco alrededor de Rusia, las transacciones comerciales entre Moscú y Pekín enfrentan obstáculos sin precedentes. El sistema de pagos en yuanes, que antes era un canal vital para el comercio bilateral, hoy está en gran parte paralizado. De hecho, el 98% de los bancos regionales chinos han dejado de procesar los pagos provenientes de Rusia, temiendo las consecuencias de las sanciones secundarias. Este cambio abrupto afecta las relaciones comerciales entre las dos naciones, forzando a las empresas rusas a explorar métodos costosos y complejos para sortear estas restricciones.

El recurso a filiales de bancos rusos en China es una de estas soluciones, sin embargo, las tarifas de transacción pueden alcanzar fácilmente el 5%, lo que hace que el comercio sea aún muy costoso. Esta situación incita a algunos actores económicos a recurrir a alternativas más radicales como el trueque, lamentablemente esta práctica no es adecuada para todos los tipos de bienes intercambiados.

Las criptos: una solución emergente para el comercio sino-ruso

Frente a este gran desafío, otra vía se está imponiendo gradualmente: la adopción de las criptos como una alternativa para sortear las restricciones impuestas por las sanciones y mantener el comercio. Desde junio, los productores de metales rusos han comenzado a usar stablecoins para liquidar sus transacciones con proveedores chinos. Esta adopción de las criptos permite sortear las restricciones impuestas por los bancos y asegurar los intercambios fuera del sistema financiero dominado por el dólar. Este enfoque, aunque novedoso, no está exento de desafíos. La regulación de las criptos en Rusia, recentemente reforzada, podría tanto apoyar como frenar esta tendencia, según la manera en que las autoridades elijan aplicarla.

Esta creciente utilización de las criptos en el comercio internacional no solo es una respuesta a las sanciones, sino también un signo de los tiempos. Si esta tendencia se confirmara, bien podría anunciar una profunda reconfiguración de los flujos económicos mundiales, con implicaciones que trascienden el marco del comercio sino-ruso. El futuro del comercio internacional podría jugarse, en parte, en la capacidad de estas naciones para integrar estas nuevas tecnologías mientras gestionan los riesgos asociados.