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La deflación amenaza la economía china

Vie 27 Dic 2024 ▪ 5 min de lectura ▪ por Luc Jose A.
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China, que durante mucho tiempo fue vista como el motor inquebrantable de la economía mundial, enfrenta hoy una crisis importante. Años de crecimiento de dos dígitos, que simbolizaban su rápida ascensión, han dado lugar a un período de profundas incertidumbres económicas. La fragilidad de su modelo económico, basado principalmente en la inversión y las exportaciones, se hace cada vez más visible. Problemas como el aumento de las deudas públicas y privadas, el colapso del sector inmobiliario y la aparición del espectro de la deflación acentúan las tensiones económicas internas. Estas disfunciones plantean una cuestión esencial: después de décadas de un desarrollo a menudo calificado de milagroso, ¿puede el Imperio del Medio seguir sosteniendo su papel como pilar del crecimiento mundial?

Una vista dramática de un gran edificio emblemático chino (por ejemplo, un rascacielos o la Ciudad Prohibida) agrietado y tambaleante.

Una economía bajo tensión

China, alguna vez vista como un modelo de éxito económico, ahora enfrenta un desaceleramiento que genera grandes preocupaciones. Muchas estadísticas recientes indican una estancamiento particularmente marcado en sectores estratégicos, especialmente en el inmobiliario. La quiebra de gigantes como Evergrande refleja la fragilidad de un sistema económico que, durante años, se ha apoyado en una acumulación excesiva de deudas para alimentar su crecimiento. Este desequilibrio estructural se acompaña de una demanda interna insuficiente, resultado de políticas económicas centradas en la oferta y la inversión, a expensas del consumo.

Paralelamente, factores externos agravan estas dificultades. La disminución del comercio, amplificada por tensiones geopolíticas crecientes, reduce las salidas para las exportaciones chinas. En el plano demográfico, el envejecimiento acelerado de la población ejerce una presión adicional sobre la mano de obra y frena la dinámica económica. A pesar de esfuerzos significativos, como planes de estímulo y políticas monetarias más flexibles, las autoridades chinas luchan por restaurar la confianza de los hogares y los inversores. El modelo económico, durante mucho tiempo elogiado por su resiliencia, parece ahora carecer de impulso, lo que plantea dudas sobre su capacidad para recuperarse de manera sostenible.

El espectro de la deflación y sus consecuencias

Además de sus dificultades económicas internas, China se enfrenta a la creciente amenaza de la deflación. Este fenómeno, caracterizado por una disminución generalizada de los precios, podría producir efectos profundamente negativos en una economía ya debilitada. El masivo endeudamiento de los hogares y las empresas, que alcanza niveles récord, acentúa esta vulnerabilidad. Patrick Artus, asesor económico de Ossiam y miembro del círculo de economistas, declaró que «si la deflación se establece, paralizaría el consumo y comprometería de manera duradera la recuperación económica.» Estas palabras, pronunciadas durante su intervención en el programa Ecorama el 27 de diciembre, aclaran aún más la magnitud del desafío que enfrenta China.

Frente a esta situación cada vez más crítica, las autoridades han implementado diversas medidas, incluida la expansión del gasto público y el alivio de las condiciones crediticias. Sin embargo, estas iniciativas podrían resultar insuficientes para contrarrestar de manera efectiva la espiral deflacionista. La deuda pública, ya muy elevada, limita las posibilidades de maniobra, mientras que la creciente desconfianza de los inversores extranjeros refleja una pérdida de confianza a nivel internacional. Así, las repercusiones de estas dificultades van más allá de China. También afectan a la economía mundial, especialmente a través de la interrupción de las cadenas de suministro y la disminución de la demanda de materias primas. Estos efectos secundarios pueden pesar considerablemente sobre las perspectivas de crecimiento global, lo que acentúa aún más la urgencia de encontrar soluciones viables.

El futuro económico de China depende de su capacidad para transformar profundamente su modelo de desarrollo. Para superar sus debilidades estructurales, el país deberá otorgar una prioridad mayor a estimular el consumo interno y fomentar la innovación. Tal transición requerirá una firme voluntad política y una cuidadosa planificación estratégica. Si estas reformas no se implementan rápidamente, las repercusiones podrían ser considerables, tanto para la economía china como para la economía mundial en general, que sigue estando en gran medida atada al dinamismo del Imperio del Medio.

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Luc Jose A.

Diplômé de Sciences Po Toulouse et titulaire d'une certification consultant blockchain délivrée par Alyra, j'ai rejoint l'aventure Cointribune en 2019. Convaincu du potentiel de la blockchain pour transformer de nombreux secteurs de l'économie, j'ai pris l'engagement de sensibiliser et d'informer le grand public sur cet écosystème en constante évolution. Mon objectif est de permettre à chacun de mieux comprendre la blockchain et de saisir les opportunités qu'elle offre. Je m'efforce chaque jour de fournir une analyse objective de l'actualité, de décrypter les tendances du marché, de relayer les dernières innovations technologiques et de mettre en perspective les enjeux économiques et sociétaux de cette révolution en marche.

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