Inflación y tasas récord : los desafíos económicos de Moscú
A medida que la guerra en Ucrania se prolonga, las consecuencias económicas para Rusia comienzan a sentirse de manera más aguda. Inicialmente reconocida por su resistencia ante uno de los regímenes de sanciones más severos de la historia moderna, la economía rusa muestra hoy señales evidentes de agotamiento. La inflación se acompaña de un aumento vertiginoso de las tasas de interés. Paralelamente, la fragilidad del rublo, en constante caída frente al yuan, refleja una creciente dependencia de China, el principal socio comercial de Moscú.
Un esfuerzo de guerra desmedido que fragiliza la economía rusa
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Rusia ha aumentado considerablemente sus gastos militares, alcanzando el 40 % de su presupuesto total para defensa y seguridad. Esta cifra, que representa el 8 % del PIB, no se había alcanzado desde la Guerra Fría. Se trata de un esfuerzo financiero sin precedentes en la historia reciente del país. En 2024, estos gastos deberían crecer un 25 %, alcanzando un total de 17,000 millones de rublos (170 mil millones de dólares), según las previsiones presupuestarias oficiales. Esta asignación masiva refleja la determinación del Kremlin de mantener su esfuerzo militar, a pesar de las pesadas presiones ejercidas sobre su economía nacional.
Para respaldar estos gastos, el banco central ruso se ha visto obligado a aumentar su tasa de interés al 21 %, un nivel sin precedentes en dos décadas. Si bien esta política busca contener una inflación galopante, actualmente estimada en el 8 %, también tiene repercusiones directas sobre la población y las empresas. Los hogares ven erosionar su poder adquisitivo, mientras que las empresas deben enfrentarse a costos de préstamo prohibitivos. En julio, la eliminación de subsidios sobre préstamos hipotecarios, que hasta entonces permitían préstamos al 8 %, resultó en una caída del 50 % en nuevos préstamos. Así, esta situación ha sumido al mercado inmobiliario en una desaceleración brutal. Paralelamente, las quiebras de empresas han aumentado un 20 % este año, una señal clara del debilitamiento del tejido económico ruso. La coyuntura impone sacrificios económicos sin precedentes, lo que ilustra las crecientes tensiones de un modelo bajo presión.
Una moneda bajo presión y una creciente dependencia de China
Esta depreciación del rublo frente al yuan, que ha retrocedido un 10 % este año, ilustra el creciente aislamiento de Rusia en la escena económica internacional. Tal situación también refleja una dependencia aumentada hacia China, que ahora desempeña un papel central en el comercio exterior ruso. Pekín proporciona más del 90 % de los microelectrónicos utilizados en el armamento ruso, especialmente para drones, misiles y tanques. Aunque es estratégica, esta colaboración resulta costosa, ya que somete a Moscú a las condiciones impuestas por su socio asiático. Este estado de cosas aumenta los desequilibrios económicos externos. Además, complica la gestión monetaria y presupuestaria del Kremlin.
A nivel doméstico, la situación económica continúa deteriorándose. El Fondo Monetario Internacional anticipa un crecimiento limitado del 1,3 % para Rusia en 2024, frente al 3,6 % en 2023. Esta desaceleración económica resulta directamente de la subida de los costos de préstamo, lo que frena las inversiones, así como de la pérdida de mano de obra cualificada, movilizada en masa en el frente. Además, la prioridad dada a los gastos militares desvío recursos esenciales de otros sectores económicos. Este contexto expone aún más al Kremlin a desafíos financieros significativos, con una economía sobrecalentada y perspectivas de financiación militar cada vez más limitadas. En ausencia de ajustes estratégicos, estas tensiones podrían alterar de forma duradera la capacidad de Rusia para sostener un esfuerzo de guerra prolongado.
La economía rusa enfrenta desafíos crecientes, entre el esfuerzo de guerra intensivo y una dependencia creciente de sus socios exteriores. Esta fragilidad del rublo y la inflación persistente podrían obligar al Kremlin a revisar sus prioridades económicas. Aunque Moscú espera un eventual cambio geopolítico favorable, especialmente con el regreso de Donald Trump, esta estrategia sigue siendo incierta. La capacidad de Rusia para soportar de manera sostenible el costo de esta guerra sigue siendo una cuestión abierta, con implicaciones potencialmente decisivas para su futuro económico y político.
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Diplômé de Sciences Po Toulouse et titulaire d'une certification consultant blockchain délivrée par Alyra, j'ai rejoint l'aventure Cointribune en 2019. Convaincu du potentiel de la blockchain pour transformer de nombreux secteurs de l'économie, j'ai pris l'engagement de sensibiliser et d'informer le grand public sur cet écosystème en constante évolution. Mon objectif est de permettre à chacun de mieux comprendre la blockchain et de saisir les opportunités qu'elle offre. Je m'efforce chaque jour de fournir une analyse objective de l'actualité, de décrypter les tendances du marché, de relayer les dernières innovations technologiques et de mettre en perspective les enjeux économiques et sociétaux de cette révolution en marche.
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