🚨Jerome Powell stands firm, saying he won’t step down from his role as #Fed Chair—even if #Trump demands it. @RonPaul calls it 'ironic' that Powell clings to legal grounds while questioning the very legality of the #FederalReserve itself. Could this spark a deeper debate over… pic.twitter.com/tANkwdqtPE
— Kitco NEWS (@KitcoNewsNOW) November 15, 2024
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Inflación en aumento: Trump acusa a la Fed de frenar la economía
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En una América económicamente frágil, Donald Trump aspira a cambios radicales. Para ello, elige meticulosamente a sus aliados para los años venideros. Pero algunas instituciones, como la Reserva Federal (Fed), son reacias a ceder ante sus ambiciones. Entre la independencia monetaria y las presiones presidenciales, la relación entre Trump y Jerome Powell, actual jefe de la Fed, promete ser tumultuosa.
Donald Trump frente a la Fed: pulso y ambiciones
Donald Trump, el hombre que quiere salvar a América a través del Bitcoin, siempre ha tenido una obsesión: mantener un control estricto sobre los palancas de la economía estadounidense. Y para él, la Fed es un jugador clave que no puede ignorar. Desde su primer mandato, critica abiertamente la política monetaria dirigida por Jerome Powell, a quien había nombrado a la cabeza de la institución en 2018.
El ex-presidente acusa al banco central de no seguir sus directrices, especialmente en lo que respecta a la bajada de tipos de interés, una herramienta que considera indispensable para apoyar el crecimiento y los mercados financieros. En respuesta, Powell ha defendido con uñas y dientes la independencia de la Fed, recordando que sus decisiones se basan en análisis económicos y no en prioridades políticas.
Esta tensión alcanzó su punto álgido cuando Trump mencionó la posibilidad de destituir a Powell, una iniciativa legalmente cuestionable. Sin embargo, el expresidente persiste: « El presidente debería tener voz y voto. »
Para Powell, la respuesta es clara: « Nuestras decisiones son independientes y no serán dictadas por nadie. »
La economía estadounidense bajo la lupa de la Fed
A pesar de las críticas de Trump, Jerome Powell ha querido resaltar la resiliencia de la economía estadounidense. Con un tasa de desempleo históricamente baja del 4,1 % y un crecimiento robusto, Estados Unidos sigue destacando entre las grandes potencias económicas. Sin embargo, los desafíos siguen siendo numerosos.
Balance económico bajo Powell:
- Crecimiento del PIB: el doble de rápido que en la zona euro;
- Inflación: en descenso, pero aún por encima del objetivo del 2 %;
- Mercado laboral: presión inflacionaria en retroceso gracias a una leve estabilización;
- Tasas de interés: ajustadas con precaución, actualmente entre el 4,50 % y el 4,75 %.
Para Powell, mantener un equilibrio es crucial: estimular el crecimiento sin reavivar las llamas de la inflación. Sin embargo, Trump ve estas decisiones como frenos innecesarios a sus ambiciones económicas. La Fed, por su parte, sigue inflexible en su misión de garantizar la estabilidad financiera, independientemente de las presiones políticas.
Inflación y tensiones políticas: un cóctel explosivo
La inflación es uno de los nervios de la guerra económica. Bajo Powell, la Fed se ha comprometido a reducir gradualmente este fenómeno, pero los resultados tardan en convencer a todos, empezando por Trump. En octubre, la inflación rebotó al 2,6 %, provocando nuevas críticas del ex-presidente y preocupaciones.
Trump considera que bajadas de tipos más agresivas podrían evitar tensiones innecesarias en los mercados. Sin embargo, Powell se mantiene cauteloso: « Se prevé un camino accidentado. »
Las presiones políticas no ayudan. Trump quiere acciones rápidas para seducir a Wall Street y apoyar sus ambiciones presidenciales.
Pero más allá de los números, es la filosofía misma de la gestión económica lo que enfrenta a los dos hombres. Para Powell, la estabilidad prevalece sobre los golpes de efecto. Para Trump, el corto plazo predomina, incluso si eso significa ignorar las señales de alerta enviadas por los economistas.
En caso de regresar a la Casa Blanca, Donald Trump no oculta su intención de despedir a Gary Gensler, jefe de la SEC, y continuar su pulso con Powell. Este último, sin embargo, sólido en su respaldo, podría considerar dejar su puesto para evitar una nueva guerra abierta. Lo que sigue promete ser tan impredecible como la política de Trump.
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