¿El fin de SWIFT? Rusia impulsa la expansión global de BRICS Pay
Mientras las tensiones geopolíticas redefinen los equilibrios mundiales, los BRICS aceleran la implementación de su propia red de pagos. Liderada por Rusia, esta infraestructura tiene como objetivo emanciparse de SWIFT y abrir un camino financiero fuera del control occidental. El anuncio de su accesibilidad a países no miembros marca una ruptura estratégica. Más allá de una herramienta regional, BRICS Pay se convierte en un apalancamiento de influencia global y una señal fuerte a favor de un orden monetario multipolar.
La red BRICS Pay se abre al mundo
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, confirmó que la futura red de pagos de los BRICS, aún en proceso de finalización, será accesible para países terceros.
De hecho, durante una declaración oficial, afirmó que « los países que no son miembros de los BRICS tendrán la posibilidad de utilizar este sistema de pagos tan pronto como sea lanzado ».
Esta apertura representa una expansión estratégica importante para una infraestructura inicialmente pensada como una herramienta de integración regional.
Un sistema así tiene como objetivo fortalecer la autonomía de las economías emergentes frente a la hegemonía del sistema SWIFT, a menudo percibido como un apalancamiento de influencia occidental. Varias características confieren al sistema BRICS Pay un potencial de atractivo:
- La interoperabilidad regional: la red busca conectar los sistemas de pagos nacionales de los miembros de los BRICS, como MIR (Rusia), RuPay (India) o el CIPS (China) ;
- Una apertura a países no miembros: la arquitectura del sistema está diseñada para integrar Estados terceros desde su implementación ;
- El sorteo de sanciones: al desentenderse de los canales dominados por Estados Unidos y Europa, los intercambios comerciales pueden continuar sin obstáculos ;
- Una promoción de las monedas nacionales: el pago de las transacciones se haría sin pasar por el dólar, utilizando directamente las divisas de los países participantes.
Esta iniciativa podría así atraer a naciones que desearían asegurar sus flujos financieros internacionales fuera del entorno occidental. Resta validar su robustez técnica y su capacidad para integrarse en los estándares internacionales existentes.
Una estrategia de dedolarización con contornos aún difusos
Más allá del aspecto tecnológico, el desafío de BRICS Pay también es monetario. La extensión del sistema a países terceros se integra en un movimiento global para reducir la dependencia del dólar estadounidense.
En este sentido, las discusiones sobre la creación de un mecanismo de pago unificado basado en una canasta de monedas nacionales son reflejo de la ambición de construir una forma de soberanía financiera. Durante su intervención, Serguéi Lavrov mencionó la necesidad de « desarrollar un sistema de pagos independiente, basado en el uso de divisas nacionales y fuera del control de estructuras occidentales ».
Sin embargo, si la voluntad política es manifiesta, la implementación se presenta más compleja. Las divergencias internas entre los miembros de la alianza de los BRICS, particularmente entre China e India, complican la perspectiva de una moneda común.
Actualmente, las soluciones consideradas se basan más en una interconexión de los sistemas de pagos nacionales existentes que en la creación de un único instrumento monetario. Paralelamente, la supremacía actual del dólar, que aún representa la mayoría de las reservas de cambio mundiales, constituye un obstáculo estructural difícil de sortear a corto plazo.
Esta estrategia de dedolarización progresiva, aunque coherente con las dinámicas multipolares actuales, podría generar fricciones, tanto dentro del bloque como con los socios exteriores.
La credibilidad del sistema BRICS Pay a nivel internacional dependerá de su capacidad para demostrar su fiabilidad, seguridad y compatibilidad con las necesidades de las economías que contemplen adoptarlo. A medio plazo, esta iniciativa impulsada por Rusia podría acelerar la fragmentación del sistema financiero mundial en bloques regionales o políticos, cada uno con sus propias infraestructuras de liquidación. Resta saber si esta tendencia se traducirá en un verdadero cambio de equilibrio o si sólo servirá para reforzar la diversificación sin cuestionar el orden monetario actual.
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Diplômé de Sciences Po Toulouse et titulaire d'une certification consultant blockchain délivrée par Alyra, j'ai rejoint l'aventure Cointribune en 2019. Convaincu du potentiel de la blockchain pour transformer de nombreux secteurs de l'économie, j'ai pris l'engagement de sensibiliser et d'informer le grand public sur cet écosystème en constante évolution. Mon objectif est de permettre à chacun de mieux comprendre la blockchain et de saisir les opportunités qu'elle offre. Je m'efforce chaque jour de fournir une analyse objective de l'actualité, de décrypter les tendances du marché, de relayer les dernières innovations technologiques et de mettre en perspective les enjeux économiques et sociétaux de cette révolution en marche.
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