Francia: ¡Un influencer arrestado por estafa cripto de 1,8 millones de euros!
El mundo cripto también esconde trampas hechas en la sombra de las pantallas. Swagg Man, antiguo rey de las redes sociales convertido en símbolo de un capitalismo desinhibido, encarna ahora ese lado oscuro. Acusado de haber desviado 1,8 millones de euros a través de falsas inversiones en cripto y bienes raíces, su arresto revela mucho más que una simple estafa: un esquema donde la influencia se transforma en arma financiera. Si la cripto promete emancipación, sigue siendo un terreno de juego para ilusionistas disfrazados de millonarios.
Swagg Man: de la influencia al engaño
Swagg Man no inventó la estafa, pero perfeccionó la narrativa. En Instagram y TikTok, su universo llamativo — relojes de diamantes, jets privados, fajos de billetes — funciona como un cebo. Una estrategia que recuerda cuán estas plataformas se han convertido en terrenos de juego para grandes maniobras financieras y políticas. De hecho, Donald Trump se interesa de cerca por TikTok, hasta el punto de querer comprarlo.
Las víctimas, seducidas por este sueño accesible, ignoran que cada foto es una cortina de humo. «Él ganaba su confianza haciendo el papel del nuevo rico generoso», resume Me Lucas Vincent, abogado de los demandantes. Un mecanismo tan viejo como el mundo, pero terriblemente eficaz en la era de los likes.
Detrás de las promesas de «inversiones prolíficas», Swagg Man explotaba dos sectores de moda: la cripto, símbolo de modernidad financiera, y los bienes raíces, un refugio tradicional de valor.
Una mezcla tranquilizadora para inversores novatos. El problema: ningún contrato, ninguna huella legal. Los fondos desaparecían en un agujero negro jurídico, entre cuentas offshore y montajes opacos. La BRDA, especializada en delitos «ingeniosos», tuvo que reconstruir un rompecabezas sin piezas clave.
El llamado del vacío jurídico: Túnez, Francia, Canadá
El caso Swagg Man no es solo hexagonal. Con denuncias en Túnez (donde fue condenado a 20 años de prisión) y en Canadá, ilustra un desafío mayor: la ausencia de fronteras en la estafa digital.
El colectivo AVI, que ha registrado cinco víctimas adicionales, destaca un «modelo exportable», donde el influencer juega con las fallas de los sistemas judiciales. Un juego de gato y ratón donde la ley lucha por seguir el ritmo de las redes.
Si bien el caso Swagg Man impresiona por su magnitud, no es más que la parte emergente de un iceberg mucho más gélido: la impunidad cultural de los «influencers ladrones».
Cripto e influencers: un matrimonio tóxico a desmantelar
El término, popularizado por Booba, resume una realidad brutal: las estrellas de la web convierten su audiencia en presa. Swagg Man, calificado como el «primer influencer ladrón», ha allanado el camino.
¿Su secreto? Una notoriedad construida sobre la provocación (videos de rap absurdos, tatuajes ostentosos) y una presencia mediática legitimadora (televisión, productos derivados). Un pedigree que desarma la desconfianza.
¿Por qué la cripto atrae a tantos estafadores? Porque combina opacidad tecnológica y fantasía de riqueza instantánea. A diferencia de los bienes raíces, donde las transacciones dejan huellas, las criptomonedas permiten transferencias casi invisibles. Swagg Man lo entendió: al mezclar cripto y bienes raíces, confundía las pistas. Resultado: víctimas convencidas de que estaban invirtiendo en algo «tangible», mientras alimentaban una cuenta offshore.
Frente a este flagelo, dos escuelas se enfrentan. Por un lado, el colectivo AVI aboga por una regulación más estricta de los influencers, con obligaciones de transparencia sobre las asociaciones financieras.
Por otro lado, expertos promueven la educación sobre los riesgos de la cripto, recordando que un rendimiento milagroso a menudo oculta una estafa. Pero en un mundo donde un tweet vale más que un contrato, ¿vendrá la solución de las plataformas? Instagram y TikTok, donde Swagg Man mostraba su lujo, permanecen en silencio.
El caso Swagg Man no es una excepción, sino un síntoma. Recuerda que la descentralización prometida por la blockchain no abolirá las centralidades del poder: el dinero, la confianza, la influencia. Para que la cripto pase de la adolescencia turbulenta a la adultez, deberá desprenderse de sus gurús de pacotilla. Porque, como el oro de los locos, el espejismo de las ganancias fáciles siempre termina por apagarse… dejando lugar a la luz cruda de la justicia. Por cierto, descubre por qué la justicia estadounidense impide que Musk acceda a los datos del Tesoro !
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Fascinado por bitcoin desde 2017, Evariste no ha dejado de investigar el tema. Si bien su interés inicial era el trading, ahora trata de comprender activamente todos los avances centrados en las criptomonedas. Como editor, se esfuerza por proporcionar constantemente un trabajo de alta calidad que refleje el estado del sector en su conjunto.
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