¿Fin del reinado del dólar? El euro juega su carta histórica
Europa ha visto pasar tormentas, crisis, dudas. Pero rara vez se ha abierto una ventana de oportunidad tan amplia. Desde que los Estados Unidos de Donald Trump juegan a la ruleta geopolítica con los aranceles y encadenan provocaciones económicas, se dibuja una grieta en la armadura del rey dólar. Y en esa brecha, el euro, a menudo ridiculizado por sus titubeos, podría bien invitarse a la mesa de las grandes monedas globales. Mejor aún, podría pronto imponerse allí.
En resumen
- El dólar cae un 10 % desde la llegada de Trump, el euro se beneficia.
- El euro podría convertirse en referencia mundial si surge un activo refugio.
- Europa atrae capitales, reforzando su credibilidad en los mercados.
El dólar se debilita, el euro se fortalece
Desde la investidura de Donald Trump, el dólar ya no brilla tanto. En abril, el índice DXY — que mide la fuerza del billete verde frente a las monedas principales — retrocedió un 10 %. Una verdadera caída, alimentada por los caprichos políticos de la Casa Blanca y las críticas públicas contra la Reserva Federal.
Europa, gracias a su estabilidad y sus inversiones, se beneficiará de la caída del dólar.
Thierry Laborde de BNP Paribas.
Este desamor por el dólar empuja a los inversores a replantearse sus cartas. ¿Y adivina quién está a punto de sacar su as? El euro. La moneda única nunca supo aprovechar realmente su potencial económico masivo. Pero hoy, las cartas están barajadas de nuevo. Si Europa agarra el momento, puede imponer su moneda como pilar monetario mundial.
Ciertamente, no todo está decidido aún. Al euro todavía le falta un «activo seguro», un activo refugio equivalente a los bonos del Tesoro estadounidenses. Este Grial monetario, usado como colateral universal, hace mucha falta al Viejo Continente. Sin embargo, las bases están ahí: un Banco Central Europeo sólido, un sector bancario de 34 000 mil millones de dólares, un 40 % más grande que el de Estados Unidos. No es poca cosa.
El sueño de un activo refugio europeo: ¿espejismo o cambio de rumbo?
Ahí está el meollo: ¿puede el euro convertirse en moneda de reserva sin un activo refugio digno de ese nombre? Hasta ahora, los intentos han fracasado: los “stability bonds” de 2011, las “ESBies” de 2018, o incluso el programa pos-Covid NextGenerationEU — todos sufrieron por la falta de consenso político. La idea de una deuda mutualizada en la zona euro sigue siendo tabú para varias capitales.
Pero los tiempos cambian. Bajo la presión de una América imprevisible, algunos dogmas vacilan. La Alemania misma, durante mucho tiempo adalid de la ortodoxia presupuestaria, cruzó un Rubicón lanzando un plan masivo de defensa e infraestructuras financiado con deuda. ¿Y si esto fuera solo el comienzo?
Como recordaba el Instituto de las Libertades:
Hubo muchos más dólares a vender que euros a comprar. […] Y por eso tu hija está muda, habría dicho Molière.
En resumen, los flujos se invierten. El euro sube, el dólar duda, el bitcoin persevera y el público, antes escéptico, empieza a creer en el potencial de una moneda europea fuerte, respaldada por una política económica más integrada.
Las especulaciones están a la orden del día. Para que el euro se imponga, se necesitará un shock. ¿Y si ese shock no viniera de las finanzas, sino de la política? Como en 2020 con el Covid, una crisis puede hacer mover las líneas más rápido que una cumbre europea. Quizás Trump, al debilitar el dólar, hará involuntariamente un gran favor a la moneda que tanto adora odiar.
Capitales, confianza y competitividad: las señales se ponen en verde
La confianza es contagiosa, especialmente cuando toca los bolsillos. Mientras Wall Street registra sus peores sesiones en dos años, el euro se beneficia. No solo la moneda sube, sino que los capitales la siguen. Los grandes fondos repatrian sus activos desde América para reinyectarlos en suelo europeo.
Es un juego de dominó invertido: el desequilibrio de un lado da aliento al otro.
¿La consecuencia? Un euro que coquetea con los máximos, un oro que brilla como nunca y un petróleo que sube, estimulado por las esperanzas (¿ilusorias?) de una tregua comercial sino-estadounidense. Incluso los bonos europeos recuperan color. La rentabilidad de los Bunds alemanes sube lentamente, prueba de un renovado interés por las deudas soberanas del bloque.
Y en este gran revuelo, una pregunta vuelve sin cesar: ¿puede el euro tomar el relevo del dólar? Para DerivativesProFR, tal vez ha llegado la hora:
Los mercados mundiales […] parecen haber encontrado un nuevo equilibrio.
Una ecuación que gusta a los inversores en busca de estabilidad. Y cuando la palabra «estabilidad» rima con «Europa», es que algo ha cambiado.
También en Bolsa, las señales no engañan. En cada crisis de Wall Street, Europa a veces ha logrado sacar ventaja. Fue el caso en 2001, en 2008 en menor medida, y hoy la Historia podría repetirse. La última caída del Nasdaq, combinada con la reevaluación del euro de más del 11 % frente al dólar, muestra que las placas tectónicas financieras se mueven. Así que sí, el euro aún no es el rey. Pero en este teatro de la economía mundial, podría bien obtener un papel principal. Y esta vez, sin doble.
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