El FMI revisa a la baja el crecimiento estadounidense para 2025
En abril de 2025, el Fondo Monetario Internacional (FMI) oscureció las perspectivas económicas de Estados Unidos con una revisión brutal: un crecimiento proyectado del 1,8 %, frente al 2,7 % inicialmente previsto. Este revés, el más marcado desde la crisis de 2008, no es un simple ajuste técnico. Refleja una conjunción de riesgos – guerras comerciales, inflación persistente, caída del consumo – que amenaza con rediseñar el equilibrio económico mundial. Detrás de estas cifras, una constatación implacable: las decisiones políticas recientes han precipitado una onda de choque cuyas réplicas podrían durar.
En breve
- En abril de 2025, el FMI revisa fuertemente a la baja el crecimiento estadounidense: 1,8 % frente al 2,7 % inicialmente, una caída inédita desde 2008.
- La guerra comercial relanzada por Washington desencadena un efecto dominó mundial.
- El espectro de una recesión se acentúa en Estados Unidos, con una probabilidad del 40 % según el FMI.
Guerra arancelaria: el efecto dominó que sacude las previsiones
El 2 de abril de 2025, el anuncio de derechos arancelarios recíprocos por parte de la administración de Trump actuó como un detonador. En menos de diez días, el FMI tuvo que reescribir sus proyecciones, un proceso que usualmente se extiende por dos meses.
«Un choque negativo importante», según las palabras de Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe de la institución. Los mercados reaccionaron inmediatamente: el S&P 500 se desplomó un 9 %, mientras que los socios comerciales de Estados Unidos, desde Europa hasta Asia, respondieron con medidas simétricas.
Esta escalada proteccionista crea un círculo vicioso. Los aranceles encarecen los costos de importación, penalizan a las empresas dependientes de cadenas de suministro globalizadas y frenan la inversión.
El FMI destaca una paradoja: estas medidas, supuestamente para proteger la industria nacional, podrían a la larga reducir la productividad del sector manufacturero estadounidense. «No se descarta una depreciación real del dólar», advierte Gourinchas, mencionando un debilitamiento estructural.
Sin embargo, el impacto no se limita a Estados Unidos. El crecimiento mundial sufre una revisión a la baja, alcanzando el 2,8 % (-0,5 puntos), revelando una contagiosa preocupación.
Los países emergentes, ya debilitados por un dólar históricamente fuerte, enfrentan una doble presión: desaceleración de la demanda estadounidense y encarecimiento de los préstamos en moneda extranjera. El FMI alerta: esta guerra comercial «improvisada» podría cristalizar un nuevo régimen de bajo crecimiento.
Inflación: la espinosa ecuación de los bancos centrales
En este contexto volátil, la inflación se vuelve un dolor de cabeza. El FMI eleva sus previsiones para las economías avanzadas a un 2,5 % en 2025 (+0,4 puntos), con un pico del 3 % en Estados Unidos. La causa: la fortaleza de los precios de los servicios, el aumento de los bienes básicos y el efecto directo de los aranceles. «Las tensiones en los costos logísticos y materias primas están subestimadas», señala el informe de abril.
Los bancos centrales quedan atrapados. Si los aranceles se perciben como temporales, una bajada de tasas sigue siendo posible. Pero en caso de que se mantengan, la lucha contra la inflación exigirá un endurecimiento monetario, agravando la desaceleración. El FMI ahora estima en 40 % el riesgo de recesión en Estados Unidos, frente al 25 % seis meses antes. Un escenario pesadillesco donde la estanflación y el desempleo avanzarían juntos.
Ironía del destino, el dólar – tradicional refugio en tiempos de turbulencias – ha iniciado una depreciación inédita desde marzo de 2025. Una dinámica contraintuitiva, ligada a las dudas sobre la competitividad futura de la economía estadounidense. «Los tipos de cambio reaccionan menos a los choques comerciales que a las expectativas de crecimiento«, analiza Gourinchas. Para los hogares, esta caída del poder adquisitivo se suma a un desgaste de la confianza. De hecho, el índice de consumo, pilar de la economía desde 2020, muestra signos de agotamiento.
La revisión del FMI no se limita a un ajuste estadístico. Marca un cambio de era, donde las decisiones políticas unilaterales pueden sacudir equilibrios económicos frágiles. Entre guerras comerciales, inflación persistente e incertidumbres monetarias, los márgenes de maniobra se reducen.
Los próximos meses serán decisivos: ¿lograrán Estados Unidos doblar la curva sin provocar un aterrizaje brusco? El FMI, en todo caso, apuesta por la prudencia – y recuerda, en filigrana, que las decisiones de hoy moldean las crisis del mañana.
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Fascinado por bitcoin desde 2017, Evariste no ha dejado de investigar el tema. Si bien su interés inicial era el trading, ahora trata de comprender activamente todos los avances centrados en las criptomonedas. Como editor, se esfuerza por proporcionar constantemente un trabajo de alta calidad que refleje el estado del sector en su conjunto.
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