El BCE confirma el lanzamiento del euro digital para octubre de 2025

Christine Lagarde confirmó el lanzamiento previsto del euro digital para octubre de 2025, sujeto a la aprobación de las instituciones europeas. Esta iniciativa se inscribe en un contexto donde una reciente encuesta revela, sin embargo, un desinterés marcado de los europeos por esta moneda digital de banco central.

Una iniciativa acelerada a pesar del desinterés de los ciudadanos

El BCE anunció oficialmente su intención de lanzar el euro digital en octubre de 2025. Este proyecto está condicionado a la aprobación de las principales partes interesadas europeas (la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo), pero no prevé una consulta directa con los ciudadanos europeos, aunque estos son los primeros afectados por esta revolución monetaria.

Esta aceleración ocurre en un contexto particular. Una reciente encuesta realizada por el BCE a 19,000 europeos en 11 países revela, sin embargo, una falta de interés flagrante por esta moneda digital. La mayoría de los encuestados estima que los medios de pago actuales ya satisfacen perfectamente sus necesidades diarias y no ven la utilidad de una nueva herramienta monetaria.

Ante esta reticencia, el BCE desarrolla estrategias de comunicación dirigidas. Según las conclusiones del estudio, « los consumidores a quienes se les presenta un breve video explicando claramente las características del euro digital son significativamente más propensos a modificar sus creencias », lo que explica el aumento significativo de los contenidos en video producidos por la institución desde finales de 2024.

Los verdaderos desafíos detrás del euro digital

Las motivaciones oficiales del BCE para este proyecto son múltiples. El principal argumento de Christine Lagarde es la necesidad de reducir la dependencia europea de soluciones de pago extranjeras como Google Pay o Apple Pay. Sin embargo, el análisis del contexto geopolítico sugiere otras preocupaciones.

Uno de los principales desafíos sería la reacción europea ante la creciente adopción de criptomonedas y stablecoins en Estados Unidos, especialmente desde que el presidente Donald Trump firmó en enero de 2025 un decreto ejecutivo prohibiendo las MNBC estadounidenses y que busca convertir a Estados Unidos en «la capital mundial de la cripto». Piero Cipollone, miembro del consejo de administración del BCE, ha declarado explícitamente: « Por eso necesitamos un euro digital. »

Además, este proyecto se inscribe en un contexto económico particular donde la Unión Europea busca movilizar importantes recursos financieros. Ursula von der Leyen lanzó recientemente la iniciativa «Rearmar Europa», requiriendo un financiamiento estimado en 800 mil millones de euros, así como la «Unión del ahorro y la inversión», que busca redirigir 10 billones de euros de «ahorro no utilizado» de los ciudadanos europeos.

A diferencia de las criptos descentralizadas, el euro digital permitiría un control centralizado con funcionalidades potenciales de programabilidad, geolocalización o incluso expiración de fondos. Sin embargo, Christine Lagarde insiste en que se trataría simplemente de una «forma de dinero fiduciario», una presentación que podría facilitar su aceptación por parte del público.

Hacia una integración discreta pero inevitable

A pesar del desinterés actual de los ciudadanos europeos, todo indica que el BCE seguirá desarrollando el euro digital. La experiencia china con el e-CNY podría servir de modelo: tras un inicio difícil, esta MNBC cuenta hoy con 180 millones de usuarios y un volumen acumulado de transacciones que alcanza los 1,000 millones de dólares.

La estrategia probable consistirá en integrar progresivamente el euro digital a las aplicaciones y medios de pago existentes. Este enfoque permitiría una adopción generalizada sin requerir el entusiasmo directo de los usuarios.

Paralelamente al desarrollo de esta MNBC de detalle destinada a particulares, la UE también está experimentando una versión «mayor» basada en la tecnología de registros distribuidos (DLT) para interconectar las instituciones financieras. Estas pruebas ya han involucrado a 64 participantes y más de 50 experimentos entre mayo y noviembre de 2024.

Frente a esta revolución monetaria, el euro digital se vuelve ineludible a pesar de la oposición ciudadana. En este duelo entre centralización y descentralización del sistema monetario, las instituciones europeas parecen decididas a avanzar, con o sin adhesión popular.