¡El 56 % de los asesores financieros seducidos por la cripto tras la victoria de Trump, según una nueva encuesta!

Una nueva era parece abrirse para los asesores financieros estadounidenses. Según una reciente encuesta realizada por Bitwise, el 56 % de ellos dice sentirse más inclinado a invertir en criptomonedas tras la victoria de Donald Trump. Tal entusiasmo intriga tanto como fascina, especialmente cuando sabemos que los mercados de criptomonedas evolucionan a la velocidad del rayo. Algunos profesionales ven en ello un viento favorable, listo para impulsar las finanzas tradicionales hacia nuevos horizontes. Otros, más cautelosos, detectan un terreno aún sembrado de incertidumbres. Sin embargo, una cosa es segura: las dinámicas en torno al Bitcoin y otros activos digitales no dejan de fortalecerse.

Las razones de un entusiasmo fulgurante

La elección de Donald Trump no solo ha sacudido la escena política estadounidense. Su llegada al poder también ha reavivado el debate sobre el lugar de las criptomonedas en la estrategia financiera del país. Algunos actores, como Jack Mallers — CEO de Strike — ya imaginan un decreto presidencial reconociendo al Bitcoin como moneda de curso legal. Es difícil decir si esta hipótesis se concretará, pero el simple hecho de hablar de ello suscita entusiasmo. Los asesores encuestados indican que los discursos pro-innovación y la voluntad de acercar los capitales a proyectos tecnológicos han contribuido a su toma de postura a favor de las monedas digitales.

El estudio revela que el 71 % de los clientes ya invierten por sí mismos en criptomonedas. En otras palabras, ya no esperan a que sus asesores financieros les recomienden estos activos; lo hacen de forma autónoma. Esta evolución juega a favor de un mayor acompañamiento profesional. Además, cerca del 99 % de los asesores que ya han dado el paso han expresado su intención de mantener, e incluso aumentar, su exposición a las criptomonedas. Lo ven no solo como un canal de crecimiento, sino también como un medio para fidelizar a una clientela cada vez más curiosa.

Los gestores de patrimonios sienten que los signos son positivos. A sus ojos, la industria de las criptos podría beneficiarse de un entorno económico favorable bajo la nueva administración estadounidense. Estos profesionales no ocultan su esperanza de ver al país adoptar rápidamente regulaciones más flexibles, permitiendo a la criptosfera innovar. De hecho, ya vislumbran un impacto positivo en la economía, con la creación de empleos especializados y el nacimiento de nuevos servicios financieros, como los fondos indexados dedicados a activos digitales.

Los desafíos que persisten

A pesar del entusiasmo, el acceso sigue siendo un obstáculo importante. Según Bitwise, solo el 35 % de los asesores estadounidenses pueden comprar directamente criptos en nombre de sus clientes. Además, la volatilidad del Bitcoin sigue siendo un tema de preocupación. Su precio actualmente oscila alrededor de 93 000 dólares, tras haber experimentado un breve paso por encima de los 100 000 dólares. Esta amplitud de los movimientos de precios obliga a los asesores a ser pedagógicos y cautelosos con sus clientes, a veces desencantados por los altibajos del mercado.

Para muchos, la falta de claridad regulatoria aún impide un verdadero auge de los productos estructurados en torno al Bitcoin o a los altcoins. Aunque la administración Trump ha mostrado cierto optimismo hacia las innovaciones financieras, los abogados del ámbito cripto demandan más claridad. No es raro escuchar que el marco legal actual no se adapta a las especificidades de la blockchain. A largo plazo, la instauración de reglas coherentes podría tranquilizar a los inversores institucionales, susceptibles de inyectar miles de millones de dólares en este sector emergente.

Crecimiento estadounidense, competencia internacional

Los datos de cryptoQuant indican que las entidades estadounidenses siguen manteniendo más reservas de Bitcoin que sus homólogas extranjeras, con una diferencia que ahora alcanza el 65 %. Esta constatación subraya el lugar preponderante que Estados Unidos podría ocupar en el ecosistema cripto global. Sin embargo, otros países no se quedan atrás y ya proponen medidas incentivadoras para atraer empresas de finanzas descentralizadas. En esta carrera, la posición de líder estadounidense podría estar en juego si la regulación no sigue el ritmo o si la innovación se enfrenta a demasiados obstáculos.

En definitiva, la ola pro-cripto que atraviesa a los asesores financieros estadounidenses no es simplemente un efecto de moda. Las cifras hablan por sí solas: más de la mitad de estos profesionales están interesados de cerca en el potencial revolucionario de las monedas digitales desde la elección de Trump. Pero aunque el entusiasmo es real, aún se enfrenta a un mercado caracterizado por su volatilidad y un marco regulador en transformación. Queda por ver si el nuevo ciclo político dará a la cripto las alas que necesita para despegar, o si aún tendrá que esperar antes de alcanzar su verdadera velocidad de crucero.