Cripto: El auge de los memecoins ha terminado, comienza su declive

Las críticas contra los memecoins se suceden sin descanso. Después de Vitalik Buterin y CZ, es el turno de Cathie Wood de atacar estos activos digitales. Según ella, estas criptomonedas acabarán por no valer mucho. Pero hay una excepción que capta su atención: el memecoin $TRUMP de Donald Trump. Entre el escepticismo y el oportunismo, el futuro de los memecoins parece más incierto que nunca.

¡Cathie Wood lanza una bomba: los memecoins pronto no valdrán nada!

Cathie Wood no se anda con rodeos: « No hay nada como perder dinero para aprender. »

Su constatación es brutal. La mayoría de los memecoins están destinados a desaparecer. Una visión compartida por Bobby Ong, cofundador de CoinGecko, quien estima que el 99,99 % de ellos terminarán en el olvido.

Sin embargo, existen algunas excepciones. Según Wood, algunos memecoins podrían sobrevivir como « monedas de colección digitales ». Entre ellos, $TRUMP, el memecoin de Donald Trump, que podría convertirse en un objeto de especulación a largo plazo.

Pero, ¿cuántos realmente sobrevivirán a la tormenta que sacude el mercado?

La fiebre de los memecoins ha tenido altibajos, pero su verdadera prueba radica en su capacidad para mantener una comunidad leal. Algunos, como Dogecoin y Shiba Inu, han demostrado que un fuerte apego de los traders puede permitirles atravesar las crisis.

Entonces, ¿seguirá $TRUMP este camino o se hundirá como tantos otros?

El mercado cripto en plena desilusión frente a los memecoins

Desde el apogeo de los memecoins en enero, la dinámica ha cambiado bruscamente. Después del lanzamiento de $TRUMP, la actividad en Pump.fun alcanzó un pico de 3.3 mil millones de dólares en volumen semanal. Pero hoy, es la caída:

• El volumen de Pump.fun ha caído un 63 % entre enero y febrero.
• La capitalización total de los memecoins ha pasado de 124 mil millones a 54 mil millones de dólares.
• Los tokens políticos como $TRUMP y $MELANIA han absorbido toda la liquidez del mercado.

Bobby Ong destaca que el caso LIBRA ha sido el golpe fatal. Este proyecto, relacionado con Javier Milei, vio cómo sus inversores fueron despojados de 107 millones de dólares en pocas horas. ¿Este escándalo ha firmado el fin del entusiasmo por los memecoins?

El interés por el mercado parece volver hacia criptomonedas más sólidas como Bitcoin y Ether. CoinGecko señala que la atención de los inversores se desvía gradualmente de los memecoins en favor de activos digitales de mayor capitalización.

Aún así, la historia lo ha demostrado: los ciclos del mercado cripto son impredecibles, y un regreso en fuerza de los memecoins no está descartado.

Regulación cripto: la inacción de la SEC preocupa a los inversores

La Comisión de Valores y Bolsa (SEC) ha decidido no regular los memecoins, considerando que son demasiado especulativos para ser considerados como valores financieros. Una decisión que alivia a los creadores de estos activos digitales, pero que abandona a los inversores a su suerte en un mercado salvaje.

Desde este anuncio, los escándalos se multiplican. El caso LIBRA marcó un punto de inflexión: 107 millones de dólares desaparecidos en pocas horas, revelando la magnitud de las manipulaciones.

Coin Bureau alerta: « Menos del 1 % de los memecoins de Pump.fun sobreviven », ilustrando la brutalidad del mercado.

Entre los rug pulls y las liquidez drenadas, las pérdidas se acumulan.

La ambigüedad legal beneficia a los estafadores y aleja a las instituciones financieras. The Kobeissi Letter enfatiza que la SEC reconoce su « utilidad limitada, incluso inexistente », pero se niega a intervenir.

Mientras tanto, la liquidez del mercado se evapora y la confianza de los traders se erosiona. ¿Hasta dónde deberá llegar el caos antes de que los reguladores reaccionen?

El balance es amargo para los memecoins. Los inversores y promotores pagan un alto precio. Pump.fun ha visto el 99 % de sus tokens desaparecer en un mes. ¿Ha terminado la era dorada de los memecoins o es solo una calma antes de un nuevo ciclo especulativo? Una cosa es segura: sin un marco regulatorio claro, solo los más sólidos sobrevivirán.