Crisis en la vivienda nueva : Construcción en mínimos históricos

El mercado inmobiliario nuevo ha entrado en una espiral de desaceleración sin precedentes. Mientras que el acceso a la propiedad sigue siendo una prioridad para muchos hogares, la producción de viviendas nuevas está en su nivel más bajo en más de 50 años. En 2024, solo se han puesto en venta 59,000 nuevas viviendas, lo que supone una disminución del 50 % en comparación con 2022. Así, esta crisis, mucho más profunda que una simple desaceleración cíclica, es el resultado de una serie de factores estructurales y económicos. Aumento del costo de la construcción, financiación cada vez más difícil, retirada de los inversores institucionales: tantos elementos que frenan una recuperación rápida.

Un colapso sin precedentes en la oferta de viviendas nuevas

El año 2024 marca un punto de inflexión para el inmobiliario nuevo. Según los datos del Ministerio de Desarrollo Territorial, el volumen anual de viviendas puestas en venta ha caído a 59,014 unidades, en comparación con un promedio de 125,500 por año entre 2017 y 2022. Un colapso que tiene su origen en varios factores, encabezados por el aumento de los costos de construcción y el incremento de las tasas de interés. Estos elementos han hecho que el acceso a la propiedad sea más difícil para los hogares, frenando drásticamente la demanda.

El mercado de la promoción inmobiliaria también se ha visto gravemente afectado. Por falta de ventas, los actores del sector han reducido sus adquisiciones de terrenos y han detenido muchos proyectos. Pascal Boulanger, presidente de la Federación de Promotores Inmobiliarios, resume la situación: «La crisis ha alimentado la crisis: por falta de ventas, no hemos producido nuevas viviendas, hemos dejado de comprar terrenos y hemos reducido nuestras plantillas». La consecuencia directa es una drástica disminución del stock de nuevos proyectos, con repercusiones en toda la cadena, desde el empleo hasta los plazos de construcción.

Perspectivas de recuperación inciertas y un mercado bajo presión

Si algunos esperan una recuperación progresiva a lo largo de este año, los expertos del sector se muestran más prudentes. La Federación de Promotores Inmobiliarios precisa que «tomará entre dos y tres años volver a poner en marcha la máquina». Esta recuperación tardía se explica por varios factores, en particular la necesidad de volver a contratar personal cualificado y de reconstruir las reservas de suelo. Con 5.000 profesionales que han abandonado el sector, reactivar la producción no será tarea fácil, especialmente debido a la presión sobre los costos salariales y la disponibilidad de mano de obra.

Otro obstáculo importante es la concentración de la demanda en ciertas zonas. París, la Costa Azul y las regiones fronterizas con Suiza concentran actualmente el 50,7 % de las reservas y el 47,2 % de las nuevas viviendas en venta. Esta dinámica acentúa aún más el desequilibrio entre la oferta y la demanda, dejando a muchas otras regiones en una situación de espera. En este contexto, las medidas presupuestarias de 2025, diseñadas para estimular la compra de viviendas, probablemente no serán suficientes para detener la crisis de inmediato.

El mercado inmobiliario francés entra así en una fase de transición larga e incierta. Incluso si la producción de viviendas se recupera gradualmente, la oferta disponible seguirá siendo muy inferior a la demanda durante varios años. Sin un verdadero plan de reactivación estructural, el sector de la vivienda nueva podría seguir bajo presión, con consecuencias duraderas en los precios, el acceso a la propiedad y la dinámica de las grandes metrópolis.