BRICS: ¡Rusia pone a China en grandes dificultades!

La economía rusa se orienta cada vez más hacia China, especialmente por la adopción masiva del yuan para sus intercambios comerciales internacionales. Esta importante dependencia de la moneda china, una consecuencia directa de la exclusión de Rusia del sistema financiero mundial, intriga aún más a Pekín, que busca reforzar su influencia global y evitar represalias occidentales.

La dependencia económica rusa al yuan

Desde la intensificación de las sanciones internacionales contra Rusia, el yuan se ha convertido en la moneda extranjera más negociada en el país. Moscú, excluida de los sistemas financieros occidentales como SWIFT, no ha tenido más remedio que fortalecer sus asociaciones comerciales con China, lo que provoca una dependencia creciente del yuan. Rusia se ha vuelto extremadamente dependiente del yuan, una situación que podría volverse peligrosa para su economía si los flujos de esta moneda se agotaran.

Esta dependencia se ve acentuada por la prudencia de las instituciones financieras chinas. Frente a las sanciones occidentales, los grandes bancos chinos dudan en comprometerse más con entidades rusas, por temor a sufrir sanciones ellos mismos. Esta situación crea una inestabilidad económica para Rusia, que podría ver reducida una de sus principales líneas de vida financiera. Para Rusia, esta creciente dependencia del yuan no está exenta de consecuencias, ya que expone al país a riesgos adicionales, especialmente en términos de estabilidad de sus reservas monetarias y de su balanza comercial.

Los riesgos geopolíticos para China

Por su parte, Pekín enfrenta un dilema estratégico. Aunque Rusia es un socio importante, sobre todo en la alianza de los BRICS, China también debe preservar sus relaciones con otras potencias económicas, especialmente en Europa y América del Norte. Apoyar a Moscú de manera demasiado abierta podría resultar en sanciones contra China, lo que pondría en peligro su acceso a los mercados internacionales. China camina por una cuerda floja. Pekín no puede permitirse perder sus principales mercados occidentales en favor de un apoyo excesivo a Rusia.

Además, el fuerte uso del yuan en Rusia no es suficiente para convertirlo en una moneda internacional dominante. A pesar de su creciente papel en los intercambios ruso-chinos, el yuan sigue estando poco representado en las reservas mundiales y enfrenta limitaciones debido a los estrictos controles de capital en China. La dominación del dólar estadounidense en la escena mundial permanece intacta. Si Rusia continúa su dependencia del yuan, China tendrá que decidir si está preparada para asumir los riesgos, tanto a nivel económico como diplomático.

Las implicaciones de esta situación son numerosas y complejas. Esta creciente dependencia de Rusia del yuan expone a ambos países a riesgos económicos y geopolíticos significativos. Aunque China refuerza sus lazos con Moscú a través del grupo de los BRICS, debe equilibrar sus intereses para evitar comprometer sus relaciones con otros socios internacionales. A largo plazo, esta dinámica podría acelerar los esfuerzos chinos por internacionalizar más el yuan, pero el camino sigue lleno de desafíos, especialmente frente a la continua dominación del dólar.