BRICS: ¡India prefiere el dólar al yuan!

La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) de 2024 fue el escenario de tensiones geopolíticas importantes. En un gesto que podría redefinir las dinámicas del comercio internacional, India rechazó oficialmente la propuesta de China de reemplazar el dólar estadounidense por el yuan para los intercambios comerciales. Esta decisión marca un punto de inflexión significativo en las relaciones entre los miembros de los BRICS. La postura firme de India refleja no solo sus preocupaciones económicas, sino también una creciente desconfianza hacia las ambiciones de China en la escena mundial.

India rechaza la desdolarización propuesta por China

Durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) de 2024, China intensificó sus esfuerzos para promover la desdolarización, con el apoyo de Rusia, fomentando el uso de monedas locales, en particular el yuan, para las transacciones comerciales internacionales. Sin embargo, India se opuso firmemente a esta iniciativa, declarando su intención de continuar utilizando el dólar estadounidense como moneda de referencia para sus intercambios comerciales. El primer ministro indio Narendra Modi, al enviar al ministro de Asuntos Exteriores Subrahmanyam Jaishankar para representarlo en esta cumbre, dejó claro su desacuerdo con la propuesta china.

A pesar de los ahorros realizados utilizando el yuan y el rublo para pagar el petróleo ruso en 2022, India prefiere mantener el dólar para sus transacciones futuras. Esta decisión se debe en parte a una desconfianza hacia las intenciones económicas de China y a una voluntad de preservar la influencia del dólar en la escena internacional. En respuesta a las demandas de Rusia de pagar las compras de petróleo en yuanes, India optó por reducir sus importaciones de petróleo ruso y recurrir a Estados Unidos, pagando en dólares.

Cómo la decisión de India sacude a los BRICS

La postura firme de India frente a la desdolarización propuesta por China podría tener repercusiones significativas en las dinámicas económicas mundiales. Al negarse a adoptar el yuan para los intercambios comerciales, India envía un mensaje claro sobre su compromiso con mantener el dólar estadounidense como moneda dominante. Esta decisión podría influir en otros miembros de los BRICS, creando una división dentro del grupo respecto a la dirección futura de las políticas monetarias.

El apoyo de Rusia a las iniciativas chinas de desdolarización revela las ambiciones conjuntas de estas dos naciones para reducir la dependencia mundial del dólar. Sin embargo, la resistencia de India podría frenar estos esfuerzos, complicando la implementación de una estrategia de sustitución de divisas. El impacto inmediato ya se manifiesta en las transacciones petroleras, donde India ha comenzado a diversificar sus fuentes de suministro recurriendo a Estados Unidos, pagando en dólares en lugar de yuanes o rublos. Esta estrategia no solo refuerza la posición del dólar a corto plazo, sino que también demuestra la cautela de India frente a la creciente influencia económica de China.

Las implicaciones a largo plazo de esta divergencia de estrategias dentro de los BRICS aún son inciertas. Si otros países miembros decidieran seguir el ejemplo de India, la dominación del dólar podría consolidarse, al menos temporalmente. Por otro lado, si China y Rusia logran convencer a más naciones de seguir su ejemplo, la desdolarización tan deseada tendrá posibilidades de concretarse.