El déficit presupuestario de Francia, que ahora alcanza los 173,78 mil millones de euros, se ha convertido en un tema crucial, ya que ilustra los crecientes desafíos que enfrenta el país para mantener sus compromisos financieros. A medida que la pandemia de Covid-19 y las medidas de apoyo han llegado a su fin, los esfuerzos por mejorar las finanzas públicas parecen haber encontrado obstáculos importantes. Esta brecha presupuestaria supera las proyecciones y requiere revisiones ambiciosas, pero controvertidas. En este contexto, el gobierno se esfuerza por convencer tanto a las instituciones europeas como a los actores políticos internos de la viabilidad de su plan de austeridad para evitar un deterioro duradero de las finanzas del Estado.