A medida que Estados Unidos se acerca a una elección presidencial crucial, el déficit presupuestario para el ejercicio 2024 ha alcanzado niveles récord, lo que genera preocupaciones sobre la viabilidad de las finanzas públicas de la primera potencia mundial. De hecho, con una deuda que sigue creciendo a pesar de unos ingresos fiscales en aumento, las discusiones sobre la gestión presupuestaria se encuentran en el centro del debate político.