La escalada de las tensiones comerciales entre la Unión Europea y China respecto a los derechos de aduana sobre los vehículos eléctricos amenaza con agitar la economía mundial. Mientras Bruselas ha votado a favor de estas medidas, Pekín prepara su respuesta, dejando en el aire la sombra de represalias dirigidas contra los países europeos más favorables a esta decisión.