Cripto: ¡Los tokens de IA y memecoins lideran las tendencias en 2025!

En 2025, el universo cripto se parece a una escena cinematográfica donde los mismos actores regresan, a pesar de las expectativas de un guion nuevo. Según CoinGecko, los tokens de IA y los memecoins captan todavía el 62,8 % de la atención de los inversores en el primer trimestre. Un dominio que plantea interrogantes: ¿estaría el mercado condenado a reciclar sus viejos éxitos, o esta persistencia oculta una mutación sutil? 

IA y memecoins: un dúo improbable pero tenaz en la esfera cripto

Con un 35,7 % del interés mundial, los tokens de IA lideran la cabeza. Lejos del simple bombo mediático, encarnan una convergencia entre blockchain e innovaciones tecnológicas.

Proyectos como Cortex y SingularityNET redefinen los contratos inteligentes integrando modelos predictivos, mientras otros colaboran con gigantes tecnológicos para optimizar el análisis de datos descentralizados.

Sin embargo, detrás de estos casos de uso serios, persiste una fiebre especulativa. Algunas criptomonedas, carentes de utilidad real, aprovechan el entusiasmo por la IA, recordando que el sector aún tiene dificultades para distinguir el oro de la pirita.

Los memecoins, con un 27,1 % de preferencias, confirman su estatus de fenómeno cultural indiscutible. En enero de 2025, el equipo de Donald Trump lanza TRUMP y MELANIA en Solana, alimentando una euforia preinaugural.

Estos activos, a menudo objeto de burlas por su superficialidad, revelan una verdad cruda: la cripto sigue siendo un terreno de juego emocional, donde la narrativa política o humorística prevalece sobre la tecnicidad. 

Pero esta vitalidad tiene un costo. Solana (SOL), cayendo un 48 % en tres meses, ilustra cómo los memecoins desvían el capital destinado a proyectos útiles, creando una paradoja entre viralidad y valor real.

Si bien la IA y los memecoins parecen opuestos, su coexistencia revela las dos caras de la cripto: una orientada hacia el futuro y la otra anclada en el presente. Bobby Ong, de CoinGecko, resume esta ambivalencia: «Estamos cansados de las mismas tendencias, pero reflejan nuestras expectativas contradictorias.» Una tensión entre paciencia e impulsividad que todavía estructura el mercado.

Consecuencias: entre erosión y oportunidades 

La predominancia de viejas narrativas frena el surgimiento de nuevas tendencias. Los inversores, cansados pero prudentes, se refugian en lo que conocen, retrasando la adopción de protocolos innovadores.

¿El resultado? Un ecosistema cripto aparentemente dinámico, pero paradójicamente estancado. Los desarrolladores de proyectos útiles, como los relacionados con el IoT o la DeFi, luchan por captar fondos, sofocados por el ruido mediático de los memecoins.

El colapso del token Libra, aprobado por el presidente argentino Javier Milei, marcó un punto de inflexión. En pocas horas, 4 mil millones de dólares se evaporaron, provocando una desconfianza generalizada. 

Los lanzamientos de memecoins en Pump.fun cayeron un 56,3 %, y la tasa de éxito de los tokens bajó al 0,7 %. Sin embargo, a pesar de este crash, algunos traders siguen apostando.

Un ejemplo llamativo: un inversor convierte 2 000 $ en 43 millones gracias a Pepe (PEPE), aunque falla el pico, ilustrando así el dilema entre audacia y prudencia. Sin embargo, esta lógica de casino amenaza la credibilidad del sector. Por otro lado, los tokens de IA, aunque especulativos, se basan en una visión a largo plazo. Su éxito dependerá de su capacidad para concretarse.